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Devocional – MI SISTEMA OPERATIVO

Tengo una computadora Mac. Después de muchos años de usar computadoras con Windows me regalaron una MacBook Pro. Es hermosa, mientras escribo esto disfruto de semejante máquina. Sin embargo, no todas son buenas, tengo unos 6 años de archivos (los anteriores un pastor amado me los borró todos) en formatos compatibles con Windows y por lo tanto tuve que instalarle programas que permitan que los lea desde una maquina Apple. Los archivos de una necesitan para poder leerse en la otra ser “convertidos” sino hablan dos idiomas diferentes.

1 Co.1:12. Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el Espíritu que procede de Dios, para que entendamos lo que por su gracia él nos ha concedido.

Si no tengo el Sistema Operativo del Espíritu Santo, no puedo entender lo que por la gracia se me ha concedido. El que no tiene el Espíritu Santo no puede decodificar lo que involucra ser cristiano. A ellos le parece una tontería las cosas que hacemos. He trabajado con amigos entrañables que se han reído de que diezmara, de que no anduviera de tragos, de que no tuviera una aventura, de que no insultara, de que fuera a los cultos, de que fuera pastor… etc… para ellos era una locura lo que hacía. Yo me he esforzado por hacerles entender… pero ha sido imposible, lo aceptaban porque me apreciaban pero no lo podían decodificar. Aún hoy… el otro día me encontré con un amigo de la juventud… varias veces divorciado;  literalmente quebrado;  abandonado por sus amigotes;  angustiado y la lista sigue. Lo encontré y charlando me di cuenta que no sabía porque  él estaba así.  Obedecer o no a Dios tiene sus consecuencias. Sin embargo, no  puede entender  la recompensa que el Señor da a los que nos mantenemos en la fe porque no tiene el Espíritu Santo.

Ef.1:17-19. Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor. Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos.

El Espíritu Santo me ayuda, entre otras cosas, a:

  • Conocer más a Dios.
  • Saber la Esperanza a la que fuimos llamados.
  • Cuáles son las riquezas de la herencia.
  • Cuál es la grandeza de Su poder a nuestro favor.

Es imposible que alguien pueda entender esto sin el Espíritu Santo en su vida. Note que Pablo dice que el Espíritu es vital para saber lo que ya se me ha concedido, no para que se me conceda. Dios ya me lo ha dado. Todo esto ya es mío pero necesito el Espíritu Santo para entender lo que se me dio.

Dulce Espíritu Santo, Gracias por estar en mi vida. Gracias por ayudarme a conocer más a Dios, por iluminarme con tu esperanza, por hacerme ver mi riqueza y el poder que Dios ha puesto a mi disposición. Te agradezco, por guiarme a toda verdad. Gracias por ser Espíritu de Sabiduría y de revelación. Hoy déjame mirar la vida a través de tus ojos. Te bendigo. Amén.

Por Daniel Cattaneo

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