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Teología – John Piper CRISTO MURIÓ PARA HACER DE SU CRUZ LA BASE SOBRE LA CUAL GLORIARNOS

Doctrina Bíblica – Cristo Murió Para Hacer de su Cruz la Base Sobre la Cual Gloriarnos

 

Pasaje clave: Gálatas 6:14.

Esto parece ir demasiado lejos. ¡Gloriarse sólo en la cruz! ¿Realmente?

¿Literalmente sólo en la cruz? Aun la Biblia habla sobre otras cosas en qué gloriarnos.

Gloriarse en la gloria de Dios (Romanos 5:2).

Gloriarse en nuestras tribulaciones (Romanos 5:3).

Gloriarse en nuestras debilidades (2º Corintios 12:9).

Gloriarse en el pueblo de Cristo (1º Tesalonicenses 2:19).

¿Qué quiere decir «sino» aquí?

Quiere decir que las demás formas de gloriarse deben ser un gloriarse en la cruz. Si nos gloriamos en la esperanza de gloria, ese gloriarnos debe ser gloriarnos en la cruz de Cristo. Si nos gloriamos en el pueblo de Cristo, ese mismo gloriarnos debe ser un gloriarnos en la cruz.

Gloriarse «sino en la cruz» quiere decir que solo la cruz hace posible gloriarse uno legítimamente de otras cosas, y cada gloriarse legítimo debe, por consiguiente, honrar la cruz.

¿Por qué? Porque toda cosa buena -realmente, aun toda cosa mala que Dios encamina a lo bueno– la obtuvo para nosotros la cruz de Cristo. Aparte de la fe en Cristo, los pecadores obtienen solamente juicio.

Sí, hay muchas cosas buenas que reciben los incrédulos. Pero la Biblia enseña que aun esas bendiciones naturales de la vida solo incrementarán la severidad del juicio de Dios a la postre, si no las reciben con gratitud sobre la base de los sufrimientos de Cristo (Romanos 2:4-5).

Por lo tanto, todo lo que gozamos, como pueblo que confía en Cristo, se debe a su muerte. Su sufrimiento absorbió todo el juicio que los pecadores culpables merecieron y compró todo lo bueno que los pecadores perdonados gozan. Por consiguiente todo nuestro gloriarnos en estas cosas debe ser un gloriarnos en la cruz de Cristo.

No somos tan cristocéntricos y estimadores de la cruz como deberíamos ser, porque no consideramos la verdad de que todo lo bueno, y también todo lo malo que Dios encamina para bien, fue comprado con el sufrimiento de Cristo.

¿Y cómo llegamos a ese enfoque radical de la cruz? Debemos despertar a la verdad de que cuando Cristo murió en la cruz, morimos. Cuando esto le ocurrió al apóstol Pablo, dijo: «El mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo» (Gálatas 6:14).

Esta es la clave para gloriarnos cristocéntricamente en la cruz.

Cuando ponemos nuestra confianza en Cristo, la todopoderosa atracción del mundo se rompe. Somos un cadáver para el mundo, y el mundo es un cadáver para nosotros. O poniéndolo positivamente, somos «una nueva criatura» (Gálatas 6:15). El viejo yo está muerto.

Un nuevo yo está vivo: el yo en la fe en Cristo. Y lo que marca esta fe es que valoramos a Cristo sobre todas las cosas en el mundo. El poder del mundo para conquistar nuestro amor ha muerto.

Estar muerto al mundo significa que todo placer legítimo en el mundo llega a ser una prueba comprada con sangre del amor de Cristo y una ocasión para gloriarse en la cruz. Cuando nuestros corazones se remontan en los rayos de la bendición a su fuente en la cruz, la mundanalidad de la bendición está muerta. Y Cristo crucificado lo es todo.

Extracto del libro  “La Pasión de Jesucristo”

Por John Piper

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