Pasaje clave: “Mejor es el fin del negocio que su principio” (Eclesiastés 7.8).
No cantes victoria antes de terminar la guerra, no te olvides que mejor es cuando el negocio está finalizado y no en su comienzo.
No gastes a cuenta, en base a supuestos ingresos que tendrás, para gastar esperá primero a tener el dinero.
Cuando tengas que vender algo para comprar otra cosa, “reciclá” el anticipo, es decir, lo mismo que recibís entregalo. De esta forma, si el negocio no se concretara no habrás perdido nada ya que habrás entregado lo mismo que habías recibido.
No agregues presión a tu vida frente a los demás, “mandándote la parte” de haber concretado un negocio cuando todavía este no ha finalizado.
No comentes el negocio con nadie hasta que esté concretado, ya que alguno podría quitarte esa posibilidad.
Sé mesurado en cuanto a las expectativas de éxito. Hasta que el negocio esté cerrado todavía no está dicha la última palabra. Sobre todo desarrollá un perfil bajo, para no exponerte, no exponer tus posibilidades ni alardear frente a los demás.
Yo bendigo tu vida para que puedas esperar a que estén finalizados los negocios antes de darlos por concretados y para que, realmente, puedas concretarlos.
Por Daniel González
