Mujeres – TODOS ME CONTROLAN 2

Continuemos.

• Cada mañana al levantarte proyéctate metas para ese día.
• Si no tienes un proyecto, todo el mundo ocupará tus horas.
• Proyecta diariamente, escribe tus objetivos y colócalos en un lugar visible para que cuando alguien te diga «me podrías hacer/ayudar…», y no quieras hacerlo, le puedas decir: «No puedo, hoy tengo el día ocupado con este proyecto».

No tengas miedo de decir no. Si lo dices a medias, dudando, titubeando, el controlador lo entenderá como un sí. Aprende a decir un «no» completo, no digas «ni». Si no quieres hacer algo di «NO».Y una vez que lo hagas, soporta las tensiones de esa palabra. Cuando lo dices con autoridad, toléralo aunque te duela. Sigue delante de esa persona mirándola a los ojos, y afirma tu posición. Sostén ese «no» con una sonrisa, no con temor.

Las mujeres solemos no tolerar la tensión que se origina después del «no» y por eso hablamos, nos echamos atrás y decimos «bueno, dale, está bien». Las mujeres decimos «no» y explicamos «por qué no». Damos una explicación larga como justificación porque tenemos miedo a que nos rechacen y nos dejen solas.

Creíste que para ser una mujer digna tenías que tener a alguien que te protegíera, pero hoy delante ti puede nacer un tiempo nuevo, un tiempo en el que puedes desprenderte de todos esos mandatos y esas creencias mentirosas y dará luz la inteligencia y la sabiduría que hay dentro de tu alma.

No necesitas que otro tome decisiones por ti, tienes la capacidad y potencial para tomar las mejores decisiones de tu vida. El tiempo de la oportunidad está delante ti. Aprende a tomar tus propias decisiones, levántate con poder y nunca más seas una mujer controlada por nadie. No te justifiques delante de nadie. El hombre manipulador siempre querrá hacerte sentir culpable para que termines haciendo lo que él quiere. Piensa que el macho protector al rol que tú le otorgaste en un momento, no querrá perder ese lugar de juez, y no tolerará que una mujer no necesite de su protección.

Pero tú estás a tiempo de tomar cartas en el asunto y hacer todos los cambios necesarios para vivir en paz y feliz. Sabes que hasta ahora lo que venías haciendo no funcionó. Ahora bien:

• ¿Te atreves a plantarte, a hacer lo que por mucho tiempo no te atreviste a hacer?
• ¿Te atreves a salir de la pseudoprotección humana?
• ¿Estás lista para cambiar de posición?

No tengas temor a los cambios, ni dependas más de lo que los demás tengan ganas de decirte. Levántate como la mujer fuerte y valiente que eres, como una mujer independiente. Anula el decreto del control que le entregaste a tu pareja. Anula esa ley que dice que las mujeres tenemos que ser controladas por alguien porque, si no, no sabemos adónde vamos. Toma este regalo. Asume el riesgo de estar viva, aprende a tomar decisiones y hacerte cargo de esas decisiones.

Tu vida es un camino que no va a ser recorrido por segunda vez, por eso vale la pena vivirlo, no a la manera de los otros sino a tu manera. Ocúpate de aquello que te apasiona. La emoción que experimentamos cuando estamos entusiasmadas hace que la preocupación y el dolor queden relegados para otro momento. Haz lo que te gusta, lo que te da alegría. Haz que la pasión se encienda disfrutando de ti misma; empieza a elegirte. Rescata esos momentos de soledad que tienes. A las mujeres no nos gusta la soledad, por eso es que huimos de ella. La soledad nos da tristeza, nos deprime, nos hace pensar en cosas negativas.

Pareciera que no toleramos llegar a casa y estar solas. Enseguida necesitamos encender el televisor, la radio, o llamar a alguna amiga, sin valorar que esos momentos de soledad son magníficos para ordenar la mente y el corazón.

Busca la parte divertida de la soledad. Piensa: cuando estás sola puedes sentarte cómo quieres, comer lo que quieras, sin pensar que alguien va a estar criticando tus porciones de comida. Cuando estás sola puedes ser espontánea, infantil, hacer aquello que no harías delante de otro. Por eso, aprovechemos esos momentos para hacer lo que no haríamos delante de los demás.

Aprovecha esos tiempos a solas contigo misma y averigua quién eres. Sé tú misma. Habla de tus puntos fuertes, de lo bueno que tienes y de lo que haces bien. Pregúntate:

• ¿Cuáles son mis capacidades?
• ¿Qué es lo mejor que tengo?

Conocemos mucho de los demás pero no nos conocemos bien a nosotras mismas. Por eso es que no nos amamos. Pero si no lo hacemos nosotras, nadie lo hará.

La raíz de todo problema está adentro de nosotras, por eso al solucionarla todo se resuelve y vuelve a estar en orden. La angustia, las crisis, las circunstancias difíciles, el temor, el dolor, el sentir que no lo puedes lograr, tienen su raíz dentro de ti, aunque el dolor que hoy sientes te haga pensar que ese problema será eterno. Los problemas son la oportunidad para crecer y fortalecerte. No los padezcas, resuélvelos.

Extracto del libro Estoy Casada Pero Me Siento Sola

Por Alejandra Stamateas