Padres e Hijos – Cómo Disciplinar a Nuestros Hijos 2

 

Continuemos.

G. Criticar el Comportamiento, no al Niño.

Del mismo modo, una técnica que ayuda a evitar problemas posteriores es la de criticar el comportamiento y no al niño.

Un niño no es malo porque prende un fósforo, de hecho, es muy curioso y hasta inteligente. Sin embargo, eso no quiere decir que su conducta no sea peligrosa. El problema son los resultados del comportamiento, no el niño o las características de su personalidad.

 

H. Repetir con Frecuencia las Reglas.

Los niños necesitan que se les repitan varias veces las reglas. Que un niño olvide alguna parte no significa que sea malo, o rebelde. El hecho de que se le haya dicho alguna vez no sig­nifica que la recordará o la obedecerá.

 

I. Proporcionar Ayuda Durante Situaciones Frustrantes.

No deje sin ayuda a un niño que tenga un problema. Si quiere vestirse solo y no puede, ayúdelo, pero no haga todo por él, porque se volvería dependiente.

 

J. Anticiparse a los Problemas Para Evitarlos.

Al planear con anticipación y preparar a un niño para una situación que provoque problemas, ya sea un viaje, ir de visi­ta a la casa de un familiar, ir a la iglesia, puede evitar conflic­tos antes de que ocurra un desastre.

 

2. Estableciendo Disciplina y una Buena Comunicación en el Hogar.

A. Considere lo siguiente.

Elogie a sus hijos cuando se porten bien. Cuando no lo hagan y usted se enoje con ellos, comuníquese sin herirlos emocional o mentalmente.

Sea claro y Firme acerca de lo que espera de sus niños.

Mantenga una rutina diaria o semanal en la cual sus hijos puedan participar en los quehaceres de la casa.

Elógielos para ayudar al bienestar de la familia y para com­partir responsabilidades.

Comprenda que pegarles para disciplinarlos es peligroso para la salud de los niños. Eso no les enseña a resolver sus pro­blemas, sino a tener miedo a resolverlos. También les enseña a pegarles a otros niños.

Cuando hagan algo malo o dañino para sí mismos o a otras personas, explíqueles claramente que su conducta es errónea.

Mándelos a su cuarto o a otro lugar para calmarse. Este momento no es para jugar o leer, sino para reflexionar en sus acciones. Esta es una opción sana no sólo para sus niños, sino también para usted.

Elogie a sus niños por su buen comportamiento en vez de recompensarlos materialmente.

Dé oportunidades a sus niños de aprender a dirigir sus propias vidas y a tomar sus propias decisiones.

Enséñeles que la respuesta: «sí»; no siempre es posible.

 

B. Estableciendo una Buena Comunicación.

Enseñe a sus hijos cómo hablar y escuchar debidamente, y cómo contestar honestamente a las preguntas que usted les haga.

Hable con sus hijos. Esto es diferente a hablarles a ellos. No les diga de inmediato que usted tiene la razón sin haber escuchado antes lo que tienen que decir.

Escúchelos atentamente: demuestre interés y mírelos cuando ellos hablan.

Respete las diferencias de sus hijos. No espere que cada uno de sus hijos actúe o reaccione de la misma manera en una situación dada.

Sea sensible a las influencias que sus hijos encuentren fuera de la casa, tales como los amigos y la escuela. Apóyelos cuando traten de ser independientes y guíelos cuando quieran separarse de su grupo.

Al enseñar a sus hijos a actuar en diversas situaciones, usted los está capacitando para afrontar la vida.

Enseñe a sus hijos a respetar a los demás mediante el trato respetuoso a todos los miembros de la familia y a los amigos de ésta.

 

C. Comparta sus Aspiraciones.

Usted puede enseñarles a sus hijos a alcanzar sus metas si los ayuda a tratar de desarrollar toda su capacidad.

Demuestre interés en lo que le gusta a sus niños. Por ejemplo, si les gustan los animales, aliente este interés llevándolos al zoológi­co o al museo, busquen juntos, en la biblioteca libros de ani­males.

Hable honesta y claramente acerca de lo que usted espera de ellos. Si usted desea que terminen sus tareas antes de salir a jugar, dígaselo y aliéntelos a terminarlas.

Sea firme en sus decisiones, y no les permita salir antes de acabar con sus deberes.

Elógielos cuando los hayan terminado.

 

3. Las Peores Técnicas Disciplinarias.

Pegarle a los niños, resulta peligroso tanto física como psi­cológicamente. Los daños que a largo plazo se causan, o se pueden llegar a causar a la víctima, exceden con mucho la uti­lidad a corto plazo que este acto representa a la persona que lo práctica.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Dejadlos Venir a Mí”

Por Daniel Bravo

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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