Familias Cristianas – La Oración Garantiza la Protección Contra el Mal 2

 

Continuemos.

Ser padres que oran no significa que jamás algo malo sucederá a nuestros hijos o que ellos nunca experimentarán dolor. Ellos lo experimentarán, porque el dolor es parte de la vida en este mundo caído. Pero la Biblia nos asegura que nuestras oraciones juegan un papel vital, para mantenerlos alejados de los problemas. Y cuando algo doloroso sucede, ellos estarán protegidos en medio de esto, de modo que la situación se torne beneficiosa y no obre para su destrucción.

Aquí es donde la Palabra de Dios desempeña nuevamen­te, un papel vital en tus oraciones y paz. Yo no podría ni estimar el número de veces que oré por mi protección y la de mi familia, mientras vivía en Los Ángeles. Cada vez que imploraba a Dios que nos protegiera de la violencia que había a nuestro alrededor, yo citaba estas Escrituras:

“El que me libra de mis enemigos, y aun me eleva sobre los que se levantan contra mí; me libraste de varón violento” (Salmo 18:48).

“Bendito sea el Señor, porque ha hecho maravillosa su misericordia para mí en ciudad asediada” (Salmo 31:21).

Los terremotos eran otra gran preocupación en California. Yo oraba por ellos todo el tiempo, pero especialmente en las noches, antes de ir a la cama. Cada terremoto catastrófico que he experimentado, me ha sacudido despertándome de un sueño profundo. Cuando eso sucede, uno se despierta de momento en completa obscuridad, todo alrededor se mueve y un ruido ensordecedor más temible que el trueno cobra fuerza en los oídos. Basta que lo experimentes una vez, para que se quede grabado en tu memoria para siempre. Yo nunca fui a la cama sin pensar en los terremotos y orar por toda mi familia, y siempre citaba:

Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los mon­tes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas y tiemblen los montes a causa de su braveza” (Salmo 46:1-3).

Aunque esa Escritura promete seguridad en medio de los problemas, yo en realidad pedía más que eso: «Señor, oro para que no se produzca un terremoto. Pero si hay uno, te ruego que nosotros no estemos aquí. Aun así, Señor, si es tu voluntad que estemos aquí, clamo por tu protección».

Considero que Dios contestó esa oración, cuando nos mudamos de Northridge antes que el terremoto golpeara esa área, el 17 de enero de 1994. Unos meses después, cuando mis hijos y yo caminábamos por las ruinas, nos quedamos horrorizados por la cantidad de daños sufridos en el área. La casa que había sido nuestra, fue destruida. Pero nos quedamos más sorprendidos por la forma en que Dios nos había rescatado y cómo su mano estaba sobre nosotros en respuesta a la oración.

Si hubiéramos estado allí durante el terremoto, estoy segura de que Dios nos habría protegido en medio de él, así como milagrosamente lo hizo con tantos otros. Los desastres pueden ocurrir en cualquier lugar. La cuestión es orar y confiar en Dios por la respuesta.

Cuando oramos suceden eventos, que no acontecerían de no orar. ¿Qué puede o no puede ocurrirles a nuestros hijos, si no oramos hoy? No esperemos para averiguarlo. Arrodillé­monos ahora mismo.

 

Oración Por tu Hijo.

«Señor. Yo levanto a (nombre del niño) a ti y te pido que pongas un cerco de protección alrededor de ella (él). Protege su espíritu, cuerpo, mente y emociones de cualquier mal o daño. Clamo en específico por pro­tección de accidentes, enfermedades, lesiones, o cual­quier otro abuso físico, mental o emocional. Te ruego que ella (él) haga su refugio » en la sombra de tus alas» «…hasta que pasen los quebrantos» (Salmo 57:1). Guárdala(o) de cualquier mala influencia que pueda venir contra ella (él). Manténla(o) a salvo de cualquier peligro escondido y no dejes que ningún arma forjada contra ella (él) pueda prosperar. Gracias, Señor, por tus promesas de protección. Ayúdala(o) a caminar en tus caminos y en obediencia a tu voluntad para que nunca salga de tu amparo. Manténla(o) a salvo en todo lo que haga y dondequiera que vaya. Oro en el nombre de Jesús».

Extracto del libro “El Poder de los Padres Que Oran”

Por Stormie Omartian

Artículo anteriorDevocional Diario – LOS JURAMENTOS
Artículo siguienteFamilias – LA ORACIÓN GARANTIZA LA PROTECCIÓN CONTRA EL MAL 1
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre