Mujeres – NO ENTIENDO A LOS HOMBRES

Son esos hombres que no quieren que estudies, ni que trabajes, ni que tengas tus propios ingresos. Tampoco quiere que vayas a ningún lado «porque la gente te puede hacer mal». Pero todo esto es una gran ¡mentira! Te lo dice para que permanezcas en un estado de negación y de debilidad tal que nunca puedas superarlo.

Sólo ellos son los grandes. Ahora bien, ¿qué pasaría si te animaras a no darle valor a esas palabras? ¿Y si te desafiaras a ti misma? ¿Y si lo logras y descubres que todos los mensajes que hasta hoy aceptaste y creíste eran todos falsos y venían de un manipulador? Piénsalo.

3. Mientras sigas avanzando quizá te encuentres con el hombre-dispenser.

Estos hombres se calientan cuando tocas un botón y se enfrían cuando tocas otro. No les gusta que le digan lo que tienen que hacer y, en caso de aceptar tu pedido, lo harán con bronca, refunfuñando, «sin ganas». Un ejemplo de este estereotipo de hombre es el empleado bancario. Trabaja por años en el mismo banco, sentado en la misma silla, en el mismo escritorio, no hace nada más porque su trabajo no le exige más y también porque tiene mucho miedo a equivocarse.

Generalmente su mujer dice frases como «si no fuera por mí, no hubiéramos conseguido la casa», o «si yo no hubiera ahorrado, nunca nos habríamos ido de vacaciones». Y este hombre, como no quiere fracasar, prefiere quedarse con lo conocido y no arriesgar. Todo lo hará sin entusiasmo, y es muy difícil conseguir una reacción de su parte.

Por eso, cuando ese hombre-dispenser se queje, puedes responder: «¿Por eso te quejas? ¿Es tan difícil lo que te pedí?» Refútale toda queja. Cuando te diga: «Siempre lo tengo que hacer yo», puedes decirle: «¿Siempre?» O si dice: «Porque tú nunca…», puedes contestarle: «¿Nunca?»

4. Y por último, podemos encontrarnos con el hombre-maniquí.

Es el hombre perfecto, ese hombre que te gustaría tener en la cama, que te enamora cuando lo miras, el hombre completo. Es atlético, musculoso, bueno, comprensivo, te proporciona mucho dinero, te lleva de viaje, paga tus cirugías y es fiel por naturaleza. Pero antes de que sigas entusiasmándote con este hombre, quiero darte una noticia: Ese hombre no existe, está sólo en las vidrieras. Tiene las características que soñamos y cumple con todas nuestras expectativas, pero es de plástico.

Hoy es tiempo de empezar de nuevo. Muchas mujeres que pasaron sus vidas al lado de hombres como éstos permanecieron sentadas o trabajando todo el tiempo, haciéndo lo que tenía que hacer él y haciendo lo que les tocaba hacer a ellas. Tal vez estuviste años mirando lo que él no hacía y te olvidaste de lo que tú debías hacer.

No tapes baches de nadie, haz lo que te corresponde, crea tu camino. Eso no es orgullo, no es ser egoísta, porque cuando las mujeres hacemos nuestro camino, mejoramos también a quienes están con nosotras. Y recuerda que:

• Eres tú quien debe elegir y decidir lo mejor para tu vida. No esperes que lo hagan los otros.
• La pasividad del otro no puede ser tu techo.
• Del éxito que crees merecer dependerá tu vida.
• Estás hecha con la mejor calidad que existe, estás destinada al éxito y a alcanzar lo mejor para tu vida.

Extracto del libro Estoy Casada Pero Me Siento Sola

Por Alejandra Stamateas

Lee No lo Entiendo… Ya no sé Más Qué Hacer