Horóscopos – Astrología.

Sin lugar a dudas es el sistema de adivinación más antiguo del mundo y más consultado por el común de la gente. La astrología es una de las ciencias ocultistas que con más poder ha entrado en los medios de comunicación. Casi no existe noticiero, programa de diversión o revista donde no aparezca el horóscopo.

Este sistema de adivinación está relacionado con la posición de los planetas, el Sol, la Luna y las estrellas. Según esta práctica y doctrina demoníaca los cuerpos celestes ejercen fuerzas e influencias sobre los seres humanos. En el 3000 a.C. la astrología fue desarrollada como sistema por los caldeos, los babilonios, quienes formalizaron el zodíaco.

El zodíaco es una banda de 12 constelaciones a través de las cuales parecen viajar la Luna, el Sol y los planetas.

Así los movimientos de los cuerpos a través del zodíaco servirían para que los astrólogos «predigan» tiempos de paz o de guerra, desastres, etc. Sabemos que las posiciones de los planetas no influyen ni predicen el carácter de una persona.

Alrededor del siglo V A.C. nace el horóscopo o carta natal que fue desarrollado luego por los griegos. También los mayas, los hindúes, los egipcios, los chinos practicaron la astrología. Horóscopo es un término griego que significa «yo miro la hora». Tiende a predecir el carácter, destino y personalidad del individuo basándose en la posición de los planetas por la hora exacta y el lugar del nacimiento. Hoy los horóscopos imprecisos, generales y vagos intentan marcar las vidas de las personas.

Hace unos años, en Francia, como tesis doctoral en psicología, un candidato envió un mismo horóscopo a varios cientos de personas de distintos signos. El horóscopo enviado era vago, impreciso y general y usó a cientos de personas que lo solicitasen diciendo que correspondía con el signo del solicitante. Pedía también que en caso de ser acertado y se cumpliese lo escrito que le escribiesen contándole lo acertado de dicho horóscopo. El relato sigue en que este candidato al doctorado recibió cientos de cartas de distintas personas y distintos signos a lo largo de Francia agradeciéndole por la exactitud del cumplimiento y la descripción de dicho horóscopo. Un mismo horóscopo para cientos de personas de distintos signos.

No hemos tenido experiencia de demonización por las prácticas astrológi­cas, pero sí hemos visto a personas esclavizadas y temerosas por las cons­tantes prácticas de la lectura de su horóscopo. Esta práctica genera fuertes adicciones y dependencias con miedos e inseguridades por parte de quienes la practican.

Dice. Is.47:12-13: «Estate ahora en tus encantamientos y en la multitud de tus hechizos, en los cuales te fatigaste desde tu juventud; quizá podrás mejorarte, quizá te fortalece­rás. Je has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te defien­dan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti».

Al ministrar debemos preguntar si la persona es propensa (o adicta) a leer su horóscopo (aunque sea por juego) y si se le ha hecho alguna Carta Natal que en la astrología es el método que predice el carácter de acuerdo a la hora de nacimiento, la posición de los planetas y la ubicación del Sol en el momento de nacer.

Algunos textos que podemos utilizar para mostrarle a la persona que no debe poner su fe en las estrellas, sino a quien tiene en sus manos a los astros son Gn.1:16; Sal. 8:3 y Amós 5:8. Es importante que la persona renuncie a dicha práctica y ponga su fe en el señor Jesús. La Biblia condena con claridad este hábito. Dice Lv.19:31:

«No os dirijáis a los nigromantes ni consultéis a los adivinos haciéndoos impu­ros por su causa. Yo Jehová vuestro Dios.

También dice Lv.19:26: «No practiquéis ni encantamiento ni astrología».

Dice Is.47:13-15: «Te ñas fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, ¡os que cuen­tan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti. He aquí que serán como tamo; fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama; no queda­rá brasa para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten. Así te serán aquellos con quienes te fatigaste, los que traficaron contigo desde tu juventud; cada uno irá por su camino, no habrá quien te salve».

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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