Grafología.
Se le considera como un método no científico para deducir el carácter, pasado y futuro de la persona. Casi todos los parapsicólogos y adivinos en la actualidad ofrecen entre sus servicios el de la grafología. Nosotros lo consideramos como un método adivinatorio.
Quiromancia.
Este método se basa en las líneas, elevaciones y en la forma de la palma de la mano y de los dedos. Se originó en el 3000 A.C en China o en la India y a partir de allí se difundió. En la Edad Medía se hizo muy popular y a través del mismo se intenta revelar el destino de una persona.
Muchos se basaban en la Biblia para ejercer la quiromancia, en textos como Is.49:16; Job 27:7; Pr.3:16.
En la Edad Media se encontró a hechiceros y gitanos como portadores de la quiromancia; dicen que la mano izquierda revela el destino en el momento del nacimiento mientras que la derecha es un mapa de éxito, con que el destino ha sido cumplido. Las líneas y las elevaciones corresponden con los signos del zodíaco, con el Sol, la Luna, los planetas y revelan la salud, las emociones, el intelecto y el dinero.
Dice Is.8:19-20: «Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido».
El tarot.
Muchos «parapsicólogos» y «profesionales de lo paranormal» utilizan el tarot y algunos se han especializado en ello. Consiste en un juego de barajas que se utilizan para la adivinación, el desarrollo de lo psíquico y la autoayuda.
La palabra tarot es francesa y viene del italiano que significa «triunfos». Consiste en 78 naipes divididos en dos grupos: los arcanos mayores (22 cartas) y los arcanos menores (56 cartas). Tienen cuatro patos de 10 naipes: los bastos, espadas, copas y los oros. Se supone que su origen data del siglo xiv. Las teorías sobre sus orígenes son muchas e inciertas. Algunos sostienen que están formadas de fragmentos de sabiduría esotérica egipcia; otros, formadas en Italia y otros, en Francia. A mediados del siglo XIX ya el tarot se trasformó en la clásica «marsellesa».
La baraja puede utilizarse completa o sólo con los arcanos mayores. Estos tienen una secuencia de 0 a 21 que significaría el viaje del alma hacia su realización. Se baraja y se colocan en la mesa de diferentes formas. Cada naipe tiene un significado de acuerdo a la forma en que cae, si al derecho o al revés. Por ejemplo, las espadas significan mala suerte; los oros, éxitos económicos.
I Ching.
El I Ching o libro de las mutaciones es otro método de adivinación. Para este sistema, no existe la casualidad ni el azar ya que la vida está regida por leyes fijas sobre el universo y la persona. Su objetivo es poder llegar al hombre superior en armonía con el ying (energía femenina, pasiva receptiva) y el yang (energía masculina, activa y creativa). En nuestro país es muy frecuente ver tanto en los diarios como en las librerías, material y ofrecimientos sobre este tan antiguo sistema de adivinación.
Su origen es chino y consiste en 64 hexagramas de líneas sólidas y quebradas. Se lanzan 3 monedas 6 veces y cada hexagrama tiene un significado particular. Este método de invocar espíritus es muy conocido, al punto que el psiquiatra suizo C. Jung fue cautivado por el mismo, prologó un libro sobre esta mancia y decía que era una forma de poder conocer el inconsciente colectivo.
La numerología.
Lo consideramos como un sistema de adivinación que se basa en que el universo está construido sobre un modelo matemático y que todas las cosas tienen una expresión numérica.
Si sabemos el nombre, la fecha y el lugar de nacimiento de una persona es posible determinar su carácter, su destino y su suerte.
Cada escuela ocultista le da un significado a cada número; por ejemplo, para algunos el 1 es unidad, el 2 es vanidad, el 3 es potencia, el 4 es solidez, el 5 sensualidad, el 6 perfección, el 7 misticismo, el 8 éxito, etc.
Al nombre se le otorga también un valor numérico y tiene cada letra un valor numérico correspondiente así si sumamos todas las letras obtenemos el número que implicaría una suerte de simbolismo.
Extracto del libro Ocultismo y Sanidad Interior
Por Bernardo Stamateas
