Dos de los elementos más frecuentes utilizados en el rito del vudú son los muñecos y las velas traspasadas con alfileres. Hace un tiempo apareció a orillas del Río Grande de Jujuy, una figura humana cortada en una suela con un crucifijo atado al revés; junto a esta figura un cráneo de perro que contenía esta figura humana con el crucifijo atado al revés. Un trabajo hecho contra una persona. También es frecuente utilizar tierra de cementerio para estos trabajos. La finalidad de estos ritos diabólicos es hacer daño a las personas. Entre los innumerables elementos que podemos mencionar tenemos por ejemplo que para destruir los celos se atan trozos de ropa sucia con el sudor de la persona celosa a la cabeza de un clavo grande y en el interior del trapo se pone pólvora y se entierra delante de la casa del que es más celoso de lo conveniente.

También se utilizará pólvora, cenizas y otros polvos simbólicos para realizar sus hechizos. Así que se le asigna a esta imagen o a este objeto el nombre de la persona que se quiere dañar. Entonces se pretende proyectar sobre este objeto todos los atributos que se reconocen como propios a la persona a la cual se quiere dañar. Es decir que el objeto reemplazaría, a través de la réplica; será el medio por el cual se transferirá o proyectará el daño del objeto, grosera imagen de la persona hacia el hombre al cual se quiere dañar. Esto de poner el crucifijo al revés tiene el sentido simbólico de torcer lo bueno para alcanzar lo malo; hacia la derecha creemos que está lo bueno y hacia la izquierda (al revés) lo malo.

En el área de las supersticiones de las cuales ya hemos hablado en el capítulo cuatro, al revés tiene que ver con esto de lo contrario. Y a lo izquierdo y lo derecho como espacios simbólicos del mal y el bien. A un accidente se lo denomina siniestro que significa a la izquierda (siniestra) con lo que se señala que lo malo está a la izquierda; incluso a nivel popular cuando decimos que es una persona derecha o va por la derecha se está queriendo decir de un comportamiento correcto sin ningún tipo de maldad.

En México encontramos que se espera que cuando una persona muere en el velatorio, se le pone entre las manos un ramo de flores, en cuyo interior se encuentra oculta la foto de ¡a persona a quien se quiere destruir. El símbolo es que al sepultar el cadáver con el ramo y la foto, la persona a la cual se desea destruir comienza a morir lentamente.

Paracelso enseñaba que los cabellos, la sangre, las uñas, los excrementos, la saliva están cargados de cierta vitalidad del cuerpo del cual procede. La cera también era un elemento importante como modelador del muñeco ya que era un condensador del fluido astral.

Por supuesto que desde el punto de vista psicológico podemos explicarlo como Freud denominó por uno de sus pacientes «omnipotencia del pensamiento». El creer que el pensar o el desear tiene un poder en sí mismo para destruir.

Los síntomas de la víctima del «trabajo».

Nosotros desde la psicología, sabemos que esta es una característica de la estructura narcisista, donde juega un alto factor la sugestión. Para que el mal se vinculice y se cumpla es necesario que la víctima a la cual se quiere dañar sepa de este trabajo realizado. Sin embargo, desde lo espiritual sabemos con mucha claridad que esto no limita el obrar del maleficio ya que la invocación se hace abiertamente a espíritus demoníacos para que intervengan.

En Salta y Jujuy se cree que una manera de deshacer los trabajos realizados es tomándole la sangre al brujo que realizo ese trabajo. En la Puna argentina y en los valles calchaquíes se tiene la precaución de que tanto los cabellos como las uñas nadie pueda tomarlos para producir algún daño. En Salta y Jujuy los días martes y viernes se consideran los días propicios para hacer la brujería ya que los lunes son considerados como el día de las almas y es conveniente ese día para deshacer los daños.

James Fraser sugiere en su clásico libro “La Rama Dorada” que si el indígena sabe que se le ha hecho un «trabajo» el poder sugestivo de este hechizo hará que la persona se abandone, rehúse comer y muera de inanición.

Puede ser que la persona a la cual se le ha realizado un «trabajo» llegue a sentir opresiones, ver espíritus inmundos en su casa, puede sentir enfermedades que antes no tenía y que aparecieron de golpe, puede ser que tenga fuertes dolores de estómago, opresiones en su cara, etc. La única forma de destruir un trabajo no es con otro trabajo ni con una oración mágica o superpoderosa sino con una oración de fe hecha en el nombre de Jesús. En más de una oportunidad hemos enseñado a nuestros hermanos en la fe que ellos mismos tienen autoridad para cortar todo trabajo hecho sobre sus vidas o las de sus familias y lo pueden hacer porque es el mismo Cristo quien rompe todo trabajo con su poder.

Extracto del libro Ocultismo y Sanidad Interior

Por Bernardo Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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