Artículos Cristianos – 3 Actitudes3 Actitudes Frente a la Prosperidad Económica 2
Continuemos.
2º Actitud. «Dios desea prosperarnos y enriquecernos a todos sus hijos, dándonos abundancia de dinero y cosas materiales».
Esta postura, se dice, es la de la «verdadera prosperidad» o materialismo evangélico. Según esta manera de pensar, ¡Dios desea hacernos ricos!. Dios desea dar abundancia: coches 0 Km0 Km, duplex, y mucho dinero. Dando y dando ,y Dios da, dicen aquí, el 30% , 60% o el ciento por uno. Da el diezmo, y Dios te dará tanto por ciento. Uno puede negociar hasta con Dios.
Muchos hermanos se preparan para vivir en la tierra y no hacen tesoros en los cielos. El dinero es casi su único tema de predicación, de conferencias. Muchos hermanos se han vuelto monotemáticos y asisten a donde alguien hable de «cómo prosperar». Los excesos, en este aspecto, son muchos, como los excesos de la postura anterior (donde parecería que Dios sólo nos va a bendecir en el cielo, aquí, en la tierra, que cada uno se las arregle como pueda).
Se sostiene, también, desde esta posición, el «declárelo, visualícelo y Dios se lo dará»; algo así como una declaración de fe que hace que Dios esté obligado a darnos y bendecirnos. El problema es que no se enseña a declarar SOLO la palabra de Dios, sino a declarar con fe nuestros deseos personales como si fuesen palabra de Dios y creer que El está obligado a dárnoslos.
No estamos de acuerdo con esta manera de ver el tema. Creemos que Dios desea bendecirnos, pero hay condiciones que cumplir, y hay yugos que romper. Por otra parte, esto no representa TODA la vida cristiana; amamos a Dios, por eso buscamos su rostro, no solamente sus manos.
Creo que uno de los errores más sobresalientes es que se ha propuesto, obsesivamente, el tema de la prosperidad como el único en el culto y fuera de él. Sin percibirlo, el progreso económico terminó siendo el único tema a tratar. Se ha tomado el caso de algunos pocos millonarios y se ha hecho la regla para todos: «Dios desea que seas millonario y que tengas más; Dios desea que tengas una casa en Punta del Este y, por qué no, tu viajecito a Europa cada año. No creo que esta sea la regla para todos, ni que debamos buscar esto. Observemos, en cambio, la postura siguiente.
3º Actitud. «Dios desea que su pueblo crezca LIBRE en todos los aspectos y áreas de la vida cristiana, progrese en abundancia y sea buen administrador de todos los bienes y bendiciones dados por El».
Esta es la posición que sostenemos en el presente trabajo. Las dos posturas anteriores tienen algo de verdad y algo de mentira. Creemos que muchos hermanos no pueden «salir adelante» aún después de mucha oración y «esfuerzo», hasta que terminan aceptando, pasivamente, que su condición no es más que «la voluntad de Dios».
Estamos convencidos de que Dios desea darnos más y hacernos mejores ADMINISTRADORES de lo que nos da para que demos más, invirtamos mejor en su reino y vivamos mejor. Las palabras claves creo que son: “disfrutar” e “invertir”, las dos actitudes juntas, siempre. Muchos, sólo disfrutan y han terminado en la avaricia; otros, sólo dan y no pueden gozar de la vida que da Dios. Creemos que lo que Dios desea no es enriquecernos a todos, sino que todos seamos libres de toda atadura financiera (y esto va mas allá de tener dinero o no).
Hemos visto hermanos con mucho dinero y ATADOS, encadenados a malas administraciones; hemos visto hermanos millonarios hablar sólo del dinero y del dinero y del dinero; hemos visto hermanos prosperar pero no ser libres. Lo que sostenemos es que Dios no desea prosperarnos (entendiendo por prosperarnos darnos más bienes materiales y punto) sino enseñarnos, y que vivamos en libertad (sea con mucho o con poco).
El apóstol Pablo es un ejemplo de esto; dice él, escribiendo en Fil.4:11-13: «No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece»
Aquí vemos al apóstol declarar que no tiene escasez, porque él (teniendo dinero o no) era libre, y ¡esto si que es «prosperidad»!
No creemos que Dios desea que todos tengan su Mercedes Benz. Dios quiere que sus hijos vivan bien: con su granero en abundancia y su corazón lleno de su Espíritu. Es decir, la prosperidad ( que voy a usar como sinónimo de libertad ) que Dios desea darnos involucra todos los órdenes de la vida: el económico, el espiritual, el social, el familiar, etc. Es por esto que el pueblo de Dios, en el A.T., era bendecido no sólo con lo material, sino que toda infertilidad era cortada, las maldiciones sobre su tierra eran anuladas y toda su vida estaba más cerca de Dios.
Prosperidad no significa que «tendremos todo lo que queramos». Prosperidad es más que tener dinero, significa caminar debajo de cielos abiertos. Es caminar con el corazón lleno de las riquezas en Cristo Jesús con total libertad de cualquier atadura.
(CONTINÚA…)
Por Bernardo Stamateas
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