Mujeres Cristianas – Soy Una Gastadora Compulsiva 2

 

Continuemos.

3. Disfrutar el Presente.

  • “Cuando me compre esta blusa seré feliz”.
  • “Cuando tenga cinco pares de zapatos me sentiré bien”.

Te distancias mirando el futuro para no darte cuenta que el presente te hace daño emocionalmente: “Mi felicidad vendrá cuando tenga esto o aquello”. La privación de hoy producirá el desborde de mañana.

 

4. Lograr el Equilibrio.

Lo más difícil es lograr el equilibrio. Comprar es una necesidad y debemos realizarlo con cuidado; lo peor que puede pasar es endeudarse. No pedir, ni deber nada a nadie trae paz.

 

5. Ahorrá Dinero Regularmente.

Ahorrá un porcentaje de lo que ganas (mensualmente o por semana) no importa la cantidad, lo importante es accionar el ahorro. Aunque parezca anticuado adquirí el hábito, no gastes si te sentís mal, con broncas, por auto privación o abandono, ni para ocultar tus emociones.

 

6. Acción, Como Respuesta a una Emoción, Puede Traer Malos Resultados.

Muchas mujeres sintieron que la vida no les dio lo que merecían: ni el amor, ni el afecto, ni el cuidado, ni la atención, entonces se dicen: “Me merezco algo más” y gastan compulsivamente. Una mujer que compra por emociones negativas se sentirá triste, deprimida, avergonzada y el círculo se irá alimentando así mismo y cada vez se sentirá peor. Debes extraer toda emoción, identificarla y agotarla en el momento para sentirte mejor.

 

7. Sé Sabia: Para Salir de Cualquier Adicción Renová tu Visión.

Las mujeres juzgamos mal un día o una etapa de nuestra vida diciendo: “A mí nunca me va a pasar nada bueno, soy un desastre”.

  • “Soy una gastadora compulsiva, adicta”.
  • “No puedo dejar el cigarrillo, la droga o el juego”.
  • “No puedo dejar a este hombre que me maltrata porque soy adicta a él”.
  • “No puedo dejar la comida que me está arruinando el cuerpo”.

Las emociones desordenadas apuntan hacia la adicción, por eso entendé y no te juzgues mal. Nadie podrá detener el propósito de Dios, es el autor y está sobre vos escribiendo tu vida. Dios te va a dar el tiempo para sanar cualquier adicción, herida o dolor.

Cuando el pueblo de Israel desobedecía estando en el exilio, Dios le seguía dando hijos. El exilio es la etapa del desierto, de la desobediencia, cuando pareciera que Dios no está, pero en los peores momentos te hace fructificar porque nunca te abandona.

Dios no necesita una mujer perfecta sólo que le crea y no le ponga límites, que no lo haga pequeño ni lo achique a su humanidad, que se eleve a Su divinidad. Dios dice: “No me hagas pequeño delante de tus ojos porque soy grande. No me pongas límites, no digas cómo actúe hasta acá porque quiero actuar más allá. Créeme”.

¡Renová tu visión!

Hay mujeres que se ahogan en un vaso de agua porque se detienen en detalles insignificantes que la hacen dar vueltas y perder tiempo. Si estás ansiosa, angustiada, tapando tus emociones, es porque no tenés una visión grande. Vivir la vida en los extremos es estar un día bien y otro mal, un día feliz y otro infeliz, un día tocando el cielo y al siguiente el infierno, un día alegría y otro llanto.

¡Equilibrá tus emociones!

La inestabilidad emocional hace caer en la adicción. Si nada te motiva es porque no conoces el propósito de Dios para vos y las pequeñeces te destrozan. No estás hecha para lo pequeño sino para lo grande y si bajas la mirada perdés la visión.

¡Visión clara de Dios!

Tener clara la visión estabiliza las emociones. Con una visión y con fe podrás sobrevolar las circunstancias pequeñas. La gente no se muere por los grandes problemas sino por los pequeños que se acumularon. Dejá lo pequeño, sos una mujer de visión para lo grande de Dios y no habrá límites en tu vida.

Jesús les dijo a sus discípulos en Marcos 9:14-29: “¿Hasta cuándo los voy a soportar generación incrédula?” Y los discípulos le dijeron: ¿Por qué no pudimos liberar a ese endemoniado?” Jesús contestó: “Porque este género sale con oración y ayuno”.

Al decir “genero” se refería a incredulidad, que sólo se irá cuando tengas una relación íntima con Dios.

 

8. Oración Habla de Relación Íntima.

La incredulidad es la que vive en vos, porque el demonio al expulsarlo en el nombre de Jesús se va pero por la falta de comunión íntima con Dios la incredulidad permanece. La incredulidad no abre el mundo de las posibilidades, sólo por la fe estarán a tu disposición. Viví una fe continua, soltándola en cada circunstancia y apuntando a lo grande.

“Regocíjate estéril la que no daba a luz”.

Cuando viene una visión de Dios, una palabra, lo que no daba fruto comenzará a tenerlo. En una visión renovada todo lo dormido se activará. ¡No pierdas tiempo! No sos pequeña delante de los ojos de Dios, lo pequeño se va a resolver solo. La visión renovada traerá fruto al ciento por uno. Extiéndete, ensánchate, abre tu camino, buscando lo que te hace feliz. Si estás cómoda con vos misma, el mundo irá detrás de ti y tu luz alumbrará a todos.

Por Alejandra Stamateas

Artículo anteriorClásicos – A.W.Tozer LA BIENAVENTURANZA DE NO POSEER NADA 1
Artículo siguienteMujeres – SOY UNA GASTADORA COMPULSIVA 1
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre