Tratado Evangelístico – Revelación Divina

 

“Él les dice: Y vosotros, ¿quién decís que soy?  Y respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás; porque no te lo reveló carne ni sangre, mas mi Padre que está en los cielos” (Mateo 16:15-17).

Jesús les preguntó a sus discípulos: «Quién decís que soy». De hecho si te preguntara: «quién es Jesús para ti» ¿sabrías contestar con seguridad? La mayoría de las personas en los tiempos de Cristo, no conocían realmente quién era él. Decían que era un profeta que había resucitado (Elías) o lo confundían con otra persona de la época (Juan el Bautista) que antes de morir dio testimonio que «el Cristo» vendría. Pese a los milagros que efectuaba, sanidades, y aún ante sus más claras declaraciones de sabiduría: la MAYORIA NO CONOCIA quién era Él. Pero luego la misma pregunta, fue dirigida a sus discípulos, hombres sencillos, que seguían a Jesús desde hace tiempo. La respuesta correcta fue dada por un humilde pescador llamado Pedro: Tú ERES el CRISTO el HIJO del DIOS VIVIENTE.

Los religiosos de la época no conocían a Jesús, los más eruditos escribas de la ley ignoraban que delante de ellos estaba «el hijo del Dios viviente», más un hombre sencillo, sin muchos estudios, pero con un corazón de búsqueda sincera de Dios, obtuvo la respuesta. ¿Deducción o inteligencia de Pedro? No. Dios el Padre, se lo reveló. Por eso Jesús le dice: «Bienaventurado eres… porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre». Es decir ninguna persona (carne y sangre) puede revelar y dar a conocer verdaderamente a Cristo. TU ERES el CRISTO es reconocer a Jesús como «aquel Mesías que habría de venir» para salvarnos. Y de hecho con su muerte en la cruz, y por su resurrección, (por cuanto es Hijo del Dios viviente), obró en favor de la humanidad la salvación de sus pecados. Pero no toda la humanidad sabe esto, no todos comprenden que «conocer a Cristo» implica también conocer su «obra salvadora».

¿No te has puesto a pensar que quizás conozcas a Jesús solo por «definición»? Si te aprendes de memoria la frase que dijo Pedro, y la repites, eso no implica que conozcas a Cristo. Detrás de la frase tiene que existir una «experiencia interna», si no será solo una frase, que la oíste de alguna persona (carne y sangre) pero que no vino por REVELACION DIVINA. ¿Y qué significa esto, como puede serme revelado? Buscando directamente a Dios.

Un error muy común es buscar en las personas respuestas que solo pueden venir de Dios. Por eso hay muchos que sienten en su interior la necesidad de ser salvos, pero recurren equivocadamente a seres humanos que son de «carne y sangre» que en última instancia, solo podrán indicarle el «camino de salvación», pero no «revelarles al salvador mismo.» Solo Dios puede revelarte sus cosas, y te ha dejado su Palabra la Biblia, para guiarte a toda verdad. Pero además la oración es el medio que Dios implementó para que te puedas dirigir a Él.

Dile: «Señor quiero conocerte. Quiero que me reveles quién eres. Quiero saber cuál es la salvación que tienes para mí. Quiero conocer a Cristo el Hijo». Y Dios contestará y te lo hará saber, porque es promesa suya cuando dice la Biblia en Lucas 11:10, “Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abre”.

Estimado amigo/a:

Quizás has buscado mucho a Dios a través de las personas… es hora que busques a Dios en Dios mismo. Dios quiere revelarse a tu corazón, deja los intermediarios de «carne y sangre» y busca al Dios viviente. Si haces esto sin duda conocerás a Cristo y hallarás su salvación, y sabrás quien es El, no porque te lo hayan dicho, sino porque tú mismo le conocerás en tu interior.

Dice Mateo 11:27, “Y nadie conoció al Hijo, sino el Padre; ni al Padre conoció alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quisiere revelar”. BENDITA REVELACION DIVINA.

Extracto del libro “50 Tratados Evangelísticos”

Por Alejandro D. Riff

NOTA: Dice textualmente el autor: “DE LIBRE DISTRIBUCIÓN. Tiene el permiso para la replicación de cada folleto en forma libre, para ser repartido, en forma impresa (Para la tarea de evangelización a nivel personal, o de iglesia)”.

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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