Devocionales Cristianos – Miedo es Fe en Reversa

 

¿A qué le tenés miedo? Seguramente no podemos decir: ¡a nada!, porque todos tenemos miedo a algo o tuvimos miedo en algún momento de nuestra vida. Y es natural, todos lo he­mos sentido en alguna situación de nuestra vida; pero aún con miedo debemos lanzarnos hacia nuestro objetivo, hacia lo que tanto anhelamos conquistar.

Lo importante no es no sentir miedo, sino no dejarnos vencer ni dominar por la emoción “miedo”. El miedo es sólo eso, una emoción, una reacción momentánea y no hay razón para que se vuelva permanente. Todos nosotros podemos enfrentarlo. Aún con miedo hay que lanzarse hacia lo que uno quiere.

¿Sabías que el miedo también tiene miedo? Aunque suene re­dundante, el miedo también tiene miedo.

¿Te imaginás a qué? A la fe. Porque la fe destruye al miedo, la fe elimina el miedo. Así que, si tenés miedo, a pesar de él, Dios nos dio fe para arrasar con todo lo que nos paraliza.

Él tomará todo lo negativo y lo transformará en positivo. Si hay miedo, hay fe. Y por eso, estás calificado para hacer algo gran­de para Dios. El Señor hará que tomes todas las fuerzas mal usadas, las canalices y las destines hacia el sueño que Él te dio.

Dios reorientará todas nuestras fuerzas usadas equivocadamente.

El enemigo siempre enviará a alguien para llenarte de miedo. Esto es lo único que él conoce y sabe hacer. Querrá proyectarte su miedo a través de cualquier persona. Pero nosotros no nos movemos por temor; nos movemos por el amor de Dios y no por el miedo que otros nos han puesto y han querido soltar so­bre nuestra vida. ¡Liberá la fe que hay en tu corazón!

¿Cómo funciona el miedo? El miedo funciona con los pensa­mientos negativos. Por ejemplo, hay gente que comienza a pen­sar en algo negativo y se queda todo el día con ese pensamien­to. Si un día no le alcanza, estará una semana, un mes pensando en lo que le dijeron. Pero esto no le sirve a nadie.

Aprendé a quitar de tu mente los pensamientos negativos rá­pidamente. Ya sea que alguien te critique o hable mal de vos, ponele un alto a tu mente. No generes vida sobre esos pensamientos. No los creas, porque de esta forma los harás crecer y de manera equivocada estarás poniendo fe en ellos.

Eliminalos de tu mente. ¿Cómo? Con tu espíritu.

Tu espíritu tiene que supervisar tu mente, y evaluar lo que tu mente piensa. Porque es tu espíritu quién gobierna tu mente; no al revés.

Pablo conocía una forma de deshacerse de los pensamientos que lo acosaban: “Cuando vienen pensamientos negativos los llevo cautivos a Jesucristo”, decía. Entonces, como Pablo, si te dicen que vas a perder el trabajo, si te encontrás viendo algo negativo, atá ese pensamiento y llevalo esclavo a Jesucristo, porque tu mente no está hecha para pensamientos negativos sino para declarar: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, “Soy como un árbol plantado en las corrientes de las aguas que todo lo que hace le sale bien”. No actives el miedo, activá la fe.

Jesús dijo: “Si dos se ponen de acuerdo, todo lo que pidan a Dios se los dará”. Nunca te pongas de acuerdo con lo negativo.

Cuando el médico te diga que estás enfermo, reconocé lo que te dice pero no te pongas de acuerdo con la enfermedad; cuando te diga que esta enfermedad te va a durar toda la vida, decí: “Reconozco lo que me dice pero no me pongo de acuerdo con esa palabra”. Ponete de acuerdo con gente que te habla palabra de fe.

Y ponete de acuerdo con Dios porque el Salmo 1 dice que si de día y de noche me pongo de acuerdo con lo que Dios me dice, todo lo que haga me saldrá bien.

Entonces, ahora:

Cuando la gente sea negativa, yo buscaré al Señor.

Cuando la gente me critique, yo buscaré al Señor.

Cuando la gente se enferme, yo buscaré al Señor.

Cuando mis hijos se droguen, yo buscaré al Señor.

Cuando la gente chusmee, yo buscaré al Señor.

Cuando mi madre enloquezca, yo buscaré al Señor.

Hay algo que está naciendo nuevamente en tu vida, dones que se están avivando, fe que se está renovando, sueños que es­tán creciendo. Hay algo de Dios que se está moviendo, porque aunque estuviste dormido y sin fuerzas, Dios no te ha dejado. Dios no olvida el pacto que hizo con tu vida.

Extracto del libro “60 Principios de Fe”

Por Bernardo Stamateas

Artículo anteriorDevocional Diario – Rick Warren DESCANSE
Artículo siguienteDevocional Diario – LA FE ES POR EL OÍR…
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre