La Doctrina de la Biblia – Introducción a la Doctrina de la Biblia 2

 

Continuemos.

3. Palabras de Dios como Discurso Pronunciadas por Labios Humanos.

Frecuen­temente en la Biblia Dios levanta profetas por medio de los cuales habla. De nue­vo, es evidente que aunque son palabras humanas, dichas en lenguaje humano ordinario por seres humanos ordinarios, la autoridad y veracidad de estas palabras de ninguna manera queda disminuida; siguen siendo también palabras de Dios.

En Deuteronomio 18 Dios le dijo a Moisés: “Por eso levantaré entre sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande. Si alguien no presta oído a las palabras que el profeta proclame en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas. Pero el profeta que se atreva a hablar en mi nombre y diga algo que yo no le haya mandado decir, morirá. La misma suene correrá el profeta que hable en nombre de otros dioses” (Dt.18:18-20).

Dios hizo una afirmación similar a Jeremías: «He puesto en tu boca mis palabras» (Jer1:9). Dios le dice a Jeremías: «Vas a decir todo lo que yo te ordene» (Jer.1:7; véa­se también Éx.4:12; Nm.22:38; 1 S 15:3. 18. 23; 1 R 20:36; 2 Cr 20:20; 25:15-16; Is.30:12-14; Jer.6:10-12; 36:29-31; et al.). A cualquiera que aducía hablar por el Señor pero no había recibido un mensaje de él se le castigaba severamente (Ez 13:1-7; Dt.18:20-22).

Así que las palabras de Dios habladas por labios humanos se consideraban tan autoritativas y tan verdad como las palabras de Dios de comunicación personal. No había disminución de autoridad de estas palabras cuando eran dichas mediante labios humanos. No creer o desobedecer alguna de ellas era no creer o desobede­cer a Dios mismo.

 

4. Palabras de Dios en Forma Escrita (la Biblia).

Además de las palabras de Dios de decreto, palabras de Dios de comunicación personal y palabras de Dios dichas por labios de seres humanos, también hallamos en las Escrituras varios casos en los que las palabras de Dios fueron puestas en forma escrita.

El primer caso de esto se halla en la narración del otorgamiento de las dos tablas de piedra en las que estaban escritos los Diez Mandamientos: «Y cuando terminó de hablar con Moisés en el monte Sinaí. le dio las dos tablas de la ley. que eran dos lajas escritas por el dedo mis­mo de Dios» (Éx.31:18). «Tanto las tablas como la escritura grabada en ellas eran obra de Dios» (Éx.32:16; 34:1,28).

Moisés escribió adicionalmente: “Moisés escribió esta ley y se la entregó a los sacerdotes levitas que transportarían e! arca del pacto del Señor, y a todos los ancianos de Israel. Luego les ordenó: «Cada siete años, en el año de la cancelación de deudas, durante la fiesta de las Enramadas, cuando tú, Israel, te presentes ante el Señor tu Dios en el lugar que él habrá de ele­gir, leerás en voz alta esta ley en presencia de todo Israel. Reunirás a todos los hom­bres, mujeres y niños de tu pueblo, y a los extranjeros que vivan en tus ciudades, para que escuchen y aprendan a temer al Señor tu Dios” (Dt.31:9-13).

Este libro que Moisés escribió fue luego depositado junto al arca del pacto: «Moisés terminó de escribir en un libro todas las palabras de esta ley. Luego dio esta or­den a los levitas que transportaban el arca del pacto del Señor: Tomen este libro de la ley, y pónganlo junto al arca del pacto del Señor su Dios. Allí permanecerá como testigo contra ustedes los israelitas» (Dt.31:24-26).

Más adelante se hizo otras adiciones a este libro de las palabras de Dios. Josué los registró en el libro de la ley de Dios» (Jos.24:26). Dios le ordenó a Isaías: «Anda, pues, delante de ellos, y grábalo en una tablilla. Escribe lo en un rollo de cuero, para que en los días venideros quede como un testimonio eterno» (Is.30:8).

De nuevo. Dios le dijo a Jeremías: «»Escribe en un libro todas las palabras que te he dicho» (Jer.30:2; Jer.36:2-4, 27-31; 51:60). En el Nuevo Testamento. Jesús les promete a sus discí­pulos que el Espíritu Santo les hará recordar las palabras que él, Jesús, había dicho (Jn.14:26; 16:12-13).

Pablo puede decir que las mismas palabras que escribe a los Corintios «es mandato del Señor» (1º Co.14:37; 2º P.3:2).

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Teología Sistemática”

Por Wayne Grudem

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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