Devocionales Cristianos – Fe es Algo Que Hacemos

 

Pasaje clave: Santiago 2:15.

 

La fe es más que algo que simplemente sentimos. Muchas personas confunden las emociones y sentimientos con la fe. Vienen a la iglesia y son movidos emocionalmente, son inspirados y estimulados. Pero esto no significa que andan en fe.

La Biblia dice que la fe es algo que hacemos, no solo lo que sentimos. Supongamos que un hermano o una hermana no tienen con qué vestirse y carecen del alimento diario, y uno de ustedes les dice: «Que les vaya bien; abríguense y coman hasta saciarse», pero no les da lo necesario para el cuerpo. ¿De qué servirá eso?».

En otras palabras, la fe no es mero sentimentalismo. Digamos que salgo a la calle y veo a alguien, un indigente sin techo. Veo que esa persona esta hambrienta, con frio, en necesidad de ropa y un techo. ¿Estaría mostrando gran fe si me acerco y le digo “anímate, no te preocupes, sé feliz, siéntete bien, pon una cara feliz?”

La verdad es que no requiere fe para decir eso. La fe conlleva compasión. La fe dice “hare lo necesario para que dejes de sufrir”.  A través del Nuevo Testamento, los testigos dicen que Jesús  fue movido a compasión por otras personas. Jesús nos enseñó que la fe es práctica.

Cuando vemos necesidad, hacemos algo al respecto. No solo decimos algo rápido como “oraré por ti”. La Biblia dice “suponte que un hermano o hermana esta sin comida y sin ropa”. Si vemos a un cristiano en necesidad, respondemos porque ese hermano o hermana es parte de nuestra familia.

Cuando te conviertes en un creyente, te conviertes en parte de la familia de Dios. Como resultado, tienes algunas responsabilidades familiares: te preocupas cuando otros cristianos están heridos, o dolidos, en pena, o en necesidad. Muestras tu fe por lo que haces.

Es fácil pensar “pero yo no puedo satisfacer todas las necesidades”, eso es correcto, ninguno de nosotros puede, pero podemos satisfacer algunas. Lo que podemos hacer puede que no ayude a todo el mundo, pero sí a aquellas personas a las que ayudamos.

Piensa en ello así: cuando la marea bajó, cientos de peces quedaron tendidos en la playa. Un niño comenzó a recogerlos y devolverlos al océano. Un hombre vino y le pregunto, ¿qué haces?

El niño le dijo, «los estoy devolviendo al océano». El hombre le respondió: «son demasiados no puedes ayudarlos a todos». El niño tomo otro y lo lanzo al océano y dijo: “apuesto a que he ayudado a ese”.

Uno a uno. Grandes oportunidades para servir a Dios a menudo vienen disfrazadas como oportunidades para servir a aquellos que nos rodean los cuales están en necesidad.

Por Rick Warren

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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