Artículos Cristianos – Sectas 3
Continuemos.
E. Destruir.
Espiritualmente hablando, toda secta es destructiva, ya que de una u otra forma impide que las personas encuentren a Jesús quién es el único que los pude salvar de sus pecados y de la condenación eterna.
Pero además de aquello, hay sectas que también causan serios daños síquicos, emocionales y hasta físicos en sus miembros con el paso del tiempo. Tales daños son provocados por someter a sus miembros a una rígida disciplina que solo unos pocos pueden soportar; a prácticas ocultas haciendo que sus integrantes tengan un estrecho contacto con los demonios; a enseñanzas destructivas que causan un vacío mental; a ritos nocivos, sean sangrientos o pactos secretos, etc..
7. Influencias Desviadoras. (Pr.14.12)
A. No Conocer el Camino Correcto.
Un explorador solo en la cordillera toma un camino equivocado; se extravía y muere de frío.
B. Señales Engañosas.
Un piloto de avión en la guerra, sintoniza una señal del enemigo creyendo que era la de su propio bando; comienza a volar sobre territorio enemigo y es derribado.
C. Guías Inadecuados.
Un grupo de cazadores acepta los servicios de un guía quién asegura conocer el camino; se internan en la selva, se pierden todos y mueren. El guía fue el primero en extraviarse. Nadie se pierde intencionalmente.
8. Características de las Sectas.
A. Líderes Autoritarios y Explotadores.
La mayoría se han originado a través de un solo individuo, quién afirma ser un elegido, que Dios le habló de un modo especial, que recibió revelaciones que nadie jamás recibió, que él es el único medio por quién Dios habla, y que hay que someterse a él incondicionalmente para poder ser aceptados por Dios.
En algunos casos, afirman ser Dios o alguna encarnación de Él.
Los líderes de las sectas se convierten en verdaderos reyes que exigen una sumisión ciega y ser servidos. Exigen una devoción absoluta a su persona. Pueden llegar hasta ordenarles qué deben comer y cómo deben vestir, y se ha dado el caso extremo que ha llevado a sus seguidores a un suicidio masivo. Su personalidad ahoga la de los seguidores quienes desarrollan una fuerte dependencia.
No debemos ignorar que los fundadores de sectas son personas con un notable carisma natural, poseen un gran poder de persuasión y seducción.
Las sectas pretenden tener el monopolio de las cosas divinas, es decir, afirman que Dios solo habla a través de ellos, que solo hay salvación dentro de su grupo, que son los únicos que tienen la verdad, y que fuera de ellos no hay forma de acercarse a Dios o de conocer la verdad.
La mayoría de los líderes de las sectas, son personas abusivas, tienen un deseo enfermizo de controlar y dominar, mediante diferentes recursos explotan a las personas que se someten a su autoridad. La explotación puede ser física, sexual, emocional, económica, etc. Es decir, se devoran a sus miembros y viven de ellos. El miembro se siente presionado a dedicar la mayor parte de su tiempo, esfuerzo capacidades y bienes al servicio de la secta, aunque en realidad sólo beneficia los intereses personales de los líderes. La dupla Poder – Dinero está presente en la mayoría de las sectas.
Los miembros suelen sufrir el Síndrome de Estocolmo. En 1973 en la ciudad de Estocolmo, en un asalto bancario, los ladrones retuvieron a los empleados del banco durante varios días. Al momento de la liberación un periodista fotografió el instante en que una de las rehenes y uno de los captores se besaban. Este hecho sirvió para bautizar como «Síndrome de Estocolmo» ciertas conductas «extrañas» que demuestran afecto entre los captores y sus rehenes.
Usted puede ser la víctima de un secuestro mental y posteriormente corporal.
Parece broma pero UD. puede ser objeto de un secuestro mental, involuntario donde poco a poco le merman su voluntad de pensar y razonar llegando a tener control total de su forma de cómo debe vivir y como debe pensar.
Este fenómeno ha sido tan tergiversado, que se piensa que es una «enfermedad» que le pasa a «todas» las personas que atraviesan por una situación de cautiverio. En realidad este síndrome sólo se presenta cuando el plagiado se «identifica inconscientemente con su agresor, ya sea asumiendo la responsabilidad de la agresión de que es objeto, ya sea imitando física o moralmente la persona del agresor, o adoptando ciertos símbolos de poder que lo caracterizan» (Skurnik, 1987:179).
Por ser un proceso inconsciente la víctima del secuestro siente y cree que es razonable su actitud, sin percatarse de la identificación misma ni asumirla como tal.
(CONTINÚA…)
Por Héctor Vitale
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