Devocional Diario – Cuidemos la Unidad
Pasaje clave: Salmo 127:1
La obra de Dios solamente la puede hacer Dios.
Si nuestras decisiones, ideas o proyectos vienen de Dios, si somos capaces de perseverar orando, orando y orando hasta entender y tener claro qué es lo que Él quiere hacer en nuestras vidas privadas y personales, y en su iglesia, entonces el esfuerzo, el sacrificio, el compromiso y la excelencia en lo que hagamos valdrá la pena y los resultados serán duraderos.
La obra de Dios solamente la puede hacer Dios.
Y Él eligió hacerla a través nuestro. Conoce nuestras imperfecciones y errores, nuestros egoísmos y torpezas, pero quiso hacerla usándonos a nosotros. No sé por qué. Lo que sí sé es que jamás podrá hacerla en medio de la desunión y las rivalidades. Jamás podrá ejecutarla y revelarnos los deseos de su corazón en medio de las separaciones, las competencias y los celos.
Hasta que no aprendamos a tratarnos unos a otros con el valor y el interés con el cual Dios nos trata, hasta que no abandonemos definitivamente nuestras actitudes separatistas y nuestras mutuas acusaciones, Dios no podrá realizar su obra tal como Él quiere hacerla.
Estoy hablando de tratarnos, valorarnos, amarnos y tenernos en cuenta como a hermanos en Cristo, con la misma valorización y respeto con la que Jesucristo nos trata a nosotros.
Actitudes tan simples como “invitemos a todos”, “que no falte nadie”, “insistamos para que todos estén”, “hagamos el esfuerzo para reunirnos y juntarnos (todos, no “algunos” ) sin que nadie se sienta marginado”…, ayudan a construir la unidad.
Actitudes tan simples como “basta de bromas pesadas”, “basta de criticar y hablar mal todo el tiempo”, “basta de decir pavadas constantemente”…, ayudan a mantener la unidad.
Actitudes tan simples como «no robes el trabajo ajeno», «no publiques como tuyo lo que otro escribió pagando el precio de la oración y la búsqueda de Dios», «deja de desprestigiar a los demás para elevarte tú mismo» y «enfócate en lo mejor de las personas y no siempre en sus errores y equivocaciones»… ayudan a mantener la unidad.
Actitudes tan simples como la de no comparar a tu iglesia con otras, a tus pastores y líderes con otros, a tu ministerio con otros, a tus páginas web, negocios, familia y parejas, con otros,… ayudan a mantener la unidad.
Actitudes tan simples como la de renunciar a creernos los únicos, los mejores, la «elite» espiritual y ministerial… ayudan a mantener la unidad.
Todos contribuimos con nuestras actitudes y comentarios a unir, a recoger y a juntar, o a desparramar, separar y dividir, por lo tanto todos estamos contribuyendo positiva o negativamente a que Dios quiera y pueda realizar su obra o a que Él decida detenerla. Y tú, ¿de qué lado estás?
“En las muchas palabras no falta el pecado, mas el que refrena sus labios es prudente” (Proverbios 10:19).
“Para que todos sean uno; como tú, oh Padre en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17:21).
Por Edgardo Tosoni
Muchas gracias por este hermoso devocionario, es de gran bendición para mi vida y tbn para los jóvenes con los que trabajo día a día en mi iglesia.
Dios les continué bendiciendo..
Hola Sara. ¡¡Bienvenida!! Gracias!!