Devocionales Cristianos – Fe No Es Emoción

 

Emoción es la agitación del ánimo, ya sea por un recuerdo, una idea o conmoción orgánica, por algo que nos dijeron o una circunstancia que activa el ánimo.

Dios nos creó con emociones para sentir, de lo contrario seríamos ro­bots; pero no debemos confundir emociones con fe.

La emoción está en la mente, la fe en el espíritu. Nos expresa­mos mal cuando decimos: “Yo siento que tengo fe”, porque la fe no se siente, se cree.

Al nacer, Dios nos pone emociones en la mente y fe en el espíri­tu, por eso no tenemos que pedir fe sino que esa fe sea aumen­tada a la medida en que se nos otorgó.

La fe crece y se alimenta oyendo la Palabra de Dios. Fe es para ser creída, no es para una emoción sentida, por eso, no impor­ta si “no sentimos nada”.

La fe está en el espíritu, en lo más profundo del ser, es por eso que Jesús dijo que es como un grano de mostaza que hay que sembrarlo, para que crezca, de lo contrario, se ahogará por la emoción.

Cuando las emociones negativas nos atan a una persona o a una situación, nuestra fe se ahoga y si no funciona, nada fun­cionará, ya que en el Reino nada funciona sin fe.

Cuando Agar levantó al muchacho, el ángel le dijo: “Haré de ti una gran nación”.

¡Eso fue extraordinario! Un minuto atrás Agar estaba triste y deprimida y al minuto siguiente había una promesa grande de parte del Señor para su vida. Aprendamos a ver a través de la fe… ¿qué significa eso?

Significa que de la manera en la que te sentís es como interpre­tás la realidad. Por ejemplo, si tenés miedo, tendrás miedo a casarte, miedo a ir al trabajo, miedo a todo; si estás enojado te molestará todo; y si tenés baja estima creerás que todos se bur­lan de vos y que nadie te valora, etc.

Si ves las cosas de forma negativa es porque estarás utilizando el mecanismo de la visión. Por ejemplo: si llueve o si hace calor, ambas cosas pueden ser negativas o positivas según tu modo de ver las cosas. ¿Dónde estás poniendo el foco?

Por eso, siempre recordemos que nuestra fe puede contaminar­se. Si la alimentamos negativamente, la fe muere.

Cuidemos lo que oímos, lo que hablamos, alimentemos nuestra fe con pensamientos positivos. Recordá que fe no es emoción, por ende, todas las soluciones a nuestros problemas están en nuestros pensamientos, en lo que creemos, en lo que estemos confiando.

Dios siempre hará todo lo posible para mudarte del lugar de la carencia y del dolor para llevarte al lugar donde las cosas suceden, tan sólo con una Palabra. Sin embargo, Dios no puede obrar en nuestras vidas si no le permitimos que lo haga. Dios no es emoción…hoy estoy bien y le creo, mañana me levantaré mal y no le creeré tanto y pasado no le creo nada y después estoy mejor y le vuelvo a creer.

Dios es sí y amén, Dios es el Principio y el Fin, Dios no cambia ni se arrepiente de nada de lo que te haya dicho. Por eso, serás libre si tu mente y tu espíritu son llenos de fe y no de emoción.

¡Sé libre de la gente porque tu fuente no son las emociones, sino Dios!

  • Entonces, comencemos.
  • Hablemos positivamente.
  • Motivémonos positivamente.
  • Pensemos positivamente.
  • Nunca te compares con nadie, sólo buscá ser lo mejor de vos mismo.

Dios quiere abrir tu cabeza y tu corazón para que seas libre. Hay un plan divino diseñado para vos, sólo tenés que descu­brirlo. Tenés que ser un detective de tu propia vida, las perso­nas inteligentes antes de hacer un planteo buscan en su interior porqué piensan lo que piensan y sienten lo que sienten.

Confiá en tu potencial, tenés talento y habilidad, voluntad y dominio propio para ser vos quien maneje las circunstancias y no sean ellas las que te manejen a vos.

Recordá todas las veces que te propusiste algo y lo lograste.

No importa lo complejo que sea el sueño de tu corazón, hay un plan de Dios y si le obedecés, nunca va a fallar.

Extracto del libro “60 Principios60 Principios de Fe”

Por Bernardo Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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