Devocional Diario – Oración y Adoración 1
Pasaje clave: Mateo 6:9-13.
Dos ejercicios espirituales poderosísimos son la oración y la adoración. Dios lo sabe, por eso nos anima permanentemente a practicarlos, a relacionarnos con Él en la oración y a declararle nuestro amor en la adoración. Satanás también lo sabe, y busca distraernos y mantenernos ocupados con un montón de cosas para que nunca tengamos tiempo (un tiempo de calidad) para orar y adorar.
Y en ambos ejercicios espirituales, Jesús es nuestro máximo ejemplo (Marcos 1:35).
Jesús se apartaba y apartaba un tiempo para relacionarse con el Padre. Tenemos que hacer lo mismo: tener un tiempo cada día con Dios. A solas. Íntimo.
Jesús buscaba un lugar desierto, 100% libre de gente y distracciones. Necesitamos un lugar tranquilo para conversar con Dios, donde estemos solos y en quietud (Mt.6:6).
Que nada ni nadie te apure. Cuanto más tiempo estés con Dios, más hambre tendrás por Él y más fuerte serás en lo espiritual, mental y emocional.
Es interesante mencionar algunas actitudes y oraciones equivocadas. Por ejemplo:
Dios no oye a los pecadores (Juan 9:31). No podemos engañarlo a Dios porque Él conoce nuestro corazón.
No oremos como hipócritas (Mt.6:5). Los hipócritas oran para hacerse ver delante de los demás. Oran para las personas, no para Dios.
No repitamos frases y palabras vanamente (Mt.6:7). Las vanas repeticiones son frases sin significado repetidas mecánicamente. Es repetir y repetir monótonamente las mismas palabras y frases aprendidas de memoria. ¡Qué pavada! Es una pérdida de tiempo.
Piénsalo.
Cuando oras, ¿cómo lo haces?
¿Te ejercitas diariamente en la oración y en la adoración?
Por Edgardo Tosoni