En el arte de la comunicación humana, se entiende que una comunicación exitosa solamente es posible cuando los términos y conceptos usados entre el sujeto y el objeto de esa comunicación son los mismos. Por lo cual, antes de continuar avanzando en este importantísimo exa­men y exploración del concepto del Reino, es necesario que tengamos un entendimiento fundamental de la raíz de este concepto de «dominio», ya que está relacionado con el concepto de Reino. La primera declaración del Creador en la creación está escondida en esta palabra: dominio. Para que el hombre se entienda a sí mismo y su propósito, es imperativo que esta palabra sea comprendida cabalmente.

Las palabras dominio o gobierno son sinónimos y toman su significado de la misma raíz. Los términos hebreos de donde proviene el concepto de reino son mashal, mamlakah y malkut, y el derivado griego es la palabra basileia. Las definiciones de estas palabras incluyen «regir», «soberanía», «reinar», «reino», «dominar», «ser rey», «gobierno real» y «regio». El término mamlakah también abarca el área y el pueblo que constituyen un «reino». Es importante notar que el concepto de «rey» consideraba al regente como la encarnación del reino. El rey era visto como el «símbolo» del reino propia­mente dicho, y personificaba la gloria del reino.

Por lo tanto, la definición de dominio podría ser elaborada de la si­guiente manera: Recibir dominio significa ser establecido como soberano, gobernante real, amo, gobernador, responsable de reinar sobre un territorio designado, con la autoridad inherente para representar y personificar como un símbolo, el territorio, los recursos y todo lo que constituye ese reino.

Esta definición debería ser memorizada, entendida y aceptada por el es­píritu de cada hombre, si hemos de entender el propósito original y la vo­luntad de Dios, el Creador, para nuestra existencia. Con ese entendimiento, podremos apreciar la gravedad de la primera proclamación del Dios creador con respecto a la humanidad. El hombre fue creado con un mandato de dominio sobre la Tierra, que le dio la responsabilidad de representar el go­bierno del Reino de Dios sobre la Tierra. La humanidad es el agente terrenal del cielo para ejercer un liderazgo e influencia. Se supone que la humanidad debe encarnar la naturaleza de Dios en la Tierra y servir como su represen­tante en el mundo físico. La creación y comisión del hombre fue la primera introducción y el establecimiento del Reino de los cielos sobre la Tierra.

UN REINO DE REYES

También es vital que comprendamos que el diseño de Dios para su reino celestial en la Tierra es totalmente distinto de la estructura e ideología de los reinos terrenales establecidos por los hombres. La proclamación del Creador en Génesis 1:26, de que el hombre tuviera dominio sobre toda la Tierra, fue dada a la especie entera de la humanidad, tanto hombres como mujeres. Este es un precepto fundamental, ya que considera a toda la humanidad como gobernantes o reyes en la Tierra. De hecho, este mandato además establece la intención del Creador para la humanidad de que no gobiernen unos sobre otros, sino que ejerzan su soberanía real como un «reinado co­lectivo», responsable de dominar, gobernar, regir, controlar y administrar el planeta y sus recursos. Por lo cual, toda la humanidad es creada como gobernadores y reyes; la humanidad es un reino de reyes. Tal vez esta sea la razón, como debatiremos más adelante, por la cual Jesús es llamado «Rey de reyes» en la culminación de su obra redentora.

Este concepto también se repite en La Palabra de Dios a toda la nación de Israel a través de Moisés, cuando fueron liberados de la opresión del reino de Egipto bajo el mandato de Faraón. «Si ahora ustedes me son del todo obedientes, y cumplen mi pacto, serán mi propiedad exclusiva entre todas las naciones. Aunque toda la tierra me pertenece, ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Comunícales todo esto a los israelitas» (Éxodo 19:5-6).

LA INTENCIÓN DEL REINO ORIGINAL

La intención del establecimiento del Reino original de Dios, un Reino de reyes, fue extender su gobierno, voluntad y naturaleza del cielo a la Tie­rra. Su deseo fue manifestar su glorioso carácter, sabiduría, juicio justo y propósitos a la dimensión terrenal mediante el liderazgo administrativo de la humanidad sobre el planeta. El hombre fue creado con los dones y la naturaleza divina para ejecutar la voluntad de Dios en la Tierra. El objetivo final de Dios, el Creador, fue colonizar la Tierra con el cielo y establecerlo como un territorio visible de un mundo invisible. Su propósito fue lograr que su voluntad fuera hecha y el Reino celestial viniera a la Tierra así como es en el cielo.

Extracto del libro Redescubriendo el Reino

Por Myles Munroe

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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