la-guerra-espiritual-desde-un-enfoque-correctoGuerra Espiritual – La Guerra Espiritual Desde un Enfoque Correcto 8

 

Continuemos.

Recuerdo una vez que peleaba en el monte más alto del Perú, en contra de la potestad derramadora de sangre que constantemente arrasaba con terribles masacres. El diablo me envió un ataque violento sobre mi corazón físico. Sentía que me moría. No podía dar diez pasos sin sentir que mi órgano vital estallaría en cualquier instante. Oraba con todas mis fuerzas en todo el poder y la autoridad que conocía. Llegó el momento en que ya no pude avanzar ni un sólo paso. Le dije al Señor: «Ya no sé cómo orar. ¿Cuál es la fuerza que necesito para vencer?»

En ese momento, el monte se llenó con la gloria de Dios y como un manto de luz que descendió desde la cima, nos cubrió por completo. Entonces, oí la voz de Dios que me decía en forma tremendamente sonora: ¡Es mi amor, hija, mi amor es la fuerza más grande de todo el universo. Por amor, harás cosas que no harías en ninguna otra manera! Entonces, aquella gloria se llenó de rostros de pe-ruanos, y añadió el Señor: «¡Mira cuánto les amo!, ¡Mira cuánto les amo!».

Todo mi ser se llenó de un amor indescriptible. Fue como una energía que me vigorizó por completo, y mi corazón fue instantáneamente sanado. Subimos a las alturas del Huascarán, y la historia ha demostrado que algo tremendo fue quitado de los aires del Perú.

Es la compasión y el amor por los que sabes que sufren, lo que forma un corazón de guerra para ir en contra de todo principado y potestad que está arrastrando a millones de almas al infierno. Si no se siente el dolor, si la compasión no inflama el alma, si nuestro anhelo es vivir felices y contentos en una linda casa con un coche en la puerta, no hemos enten­dido el Evangelio de Jesús. Si nuestras oraciones están solamente dirigidas a nuestras propias necesidades y a las de nuestros seres queridos, y vivimos preocu­pados de que el diablo nos vaya a hacer cualquier cosa, estamos todavía en necesidad de mucha luz. Si un libro o una enseñanza cae en nuestras manos y el diablo lo usa para intimidarnos y nos hace dejar de ser soldados, nos conduce a autoprotegernos y a guardar nuestras vidas y nuestros bienes, no hemos aprendido a amar como Jesús amó (Juan 15.12-13).

La guerra tiene riesgos más aún cuando se hace fuera de orden, pero Dios guarda a los que ponen su vida por los demás. (Lucas 17.33).

El verdadero amor de Cristo por las almas perdidas le ha costado la vida a muchos misioneros y a sus familias, y no por eso dejaron de predicar. Hudson Taylor, el gran predicador e intercesor por la China, perdió su mujer en el campo misionero. Wesley perdió a su mujer, la cual fue invadida por demonios que la querían destruir. Mary Ethel Woodwoth perdió cuatro hijos para ser levantada en el poder milagroso en que Dios la usó. Cuántos hijos de misioneros nunca volvieron a ver a sus padres porque murieron de alguna enfermedad terrible en África. La historia del verdadero Evangelio está llena de mártires, hombres y mujeres que menospreciaron sus vidas hasta la muerte para que el reino de Dios se estableciera (Apocalipsis 12.11).

Enfrentarse a las tinieblas de su tiempo, le costó la vida a Esteban, a Pedro, a Santiago, a casi todos los apóstoles y a miles de mártires. Puedo llenar libros con nombres de hijos de Dios, que amaron más un mundo perdido que sus propias vidas, que sus bienes y todo lo que amaban de esta vida.

La guerra espiritual es la expresión del mismo corazón compasivo de Dios que no puede descansar mientras haya dolor y maldad en la tierra. Esto es lo que nos impulsa a las más férreas batallas y a combatir cualquier tipo de poderío.

Yo me propuse en mi tierra y en las naciones donde Dios me ha permitido pelear, que no hay lugar para el diablo y para mí al mismo tiempo. Si Dios me ha entregado una nación no dejaré ni demonio, ni dioses sin consternar. Yo no puedo oír el grito desesperado de una nación en sufrimiento y quedarme con los brazos cruzados, y mucho menos, oír el dolor del corazón de Dios y no dar mi vida hasta la muerte. Hay demasiada compasión en mi corazón y demasiado amor por los que sufren como para no pelear dando todo por ellos.

Yo sé que hay muchos que no serán conmovidos por las intimidaciones del diablo porque son el verdadero ejército de Dios.

Extracto del libro “Guerra de Alto Nivel”

Por Ana Mendez Ferrel

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

6 Comentarios

  1. Hola! La verdad muy interesante toda la lectura, la verdad nunca habia leido algo tan bueno como es esto. Los felicito a todos lo que hicieron posible esto! Dios los super bendiga! Y espero poder seguir aprendiendo mas de como ganar territorios espirituales! Si tienen mas para aprender les agradeceria me lo recomienden!!!! Dios los bendiga!!!!!

    • Hola Patricia. ¡¡Bienvenida!! Muchas gracias. Seguiré publicando, mantenete conectada a la página. Bendiciones!!!

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