Sexualidad Sana – El Cuerpo 4

 

Continuemos.

C. Exaltación del Cuerpo.

Totalmente contrario al ítem anterior, la persona vive por y para su cuerpo. La búsqueda del «cuerpo ideal» obviamente inexistente, llega a tener grandes distorsiones de su esquema corporal. La anorexia (pérdida del apetito) y la bulimia (deseo atroz de comer) son las patologías más frecuentes en nuestro continente en lo que hace a la enfermedad de los adolescentes. En la anorexia, por ejemplo, la persona se «siente y se ve gorda» aunque esté pesando 40 kilos; esta enfermedad sin tratamiento lleva directo a la muerte.

La «magnificación del cuerpo» del «cuerpo perfecto» en nuestra sociedad ha hecho sentir a más de una chica asco y repulsión por el propio cuerpo, en lucha diaria consigo misma y evitando así todo contacto corporal.

Ejercicios.

Anota qué mensajes recibiste de tu cuerpo cuando eras chico, tanto positivos como negativos:

Mis modelos de belleza son:

Señala cuál es la parte más sexual de tu cuerpo:

¿Qué parte de tu cuerpo es la más útil para ti?

¿Qué parte de tu cuerpo es la que te da más vergüenza?

¿De qué manera podrías hacer mejor las paces con tu cuerpo?

Con una frase describe tus sentimientos de las siguientes partes de tu cuerpo:

  • Mi cara
  • Mi cuello
  • Mis pechos
  • Mis brazos
  • Mi cintura
  • Mis manos
  • Mis genitales
  • Mi pene
  • Mi vagina
  • Mi clítoris
  • Mis piernas
  • Mis caderas
  • Mis muslos
  • Mis pies
  • Mis dedos de los pies

 

7. El Cuerpo y la Sexualidad.

Los mandatos erróneos de que el cuerpo es «el asiento de la carne», «el cuerpo no sirve, ya que lo más importante es ser espirituales», más todos los mensajes culpógenos, erróneos de nuestra infancia han hecho que muchas parejas tengan grandes dificultades en su sexualidad.

Por eso, en nuestras iglesias existe tan poca intimidad corporal.

Hay parejas que han perdido «el toque», «el beso», «la caricia». Muchas mujeres al ser tocadas en el hombro ya lo interpretan como sinónimo de coito: «no querido, hoy no tengo ganas», «¡otra vez…!».

Todo toque se ha genitalizado, por eso lo mejor es evitarlo, y así nuestra intimidad corporal se ha perdido.

Parejas que nunca se han bañado juntas, ¡nunca se han visto desnu­das!, nunca se han acariciado, sólo se tocan para tener relaciones sexuales…

Cantar de los cantares redescubre la intimidad del cuerpo en la pareja (1.1-3,2.1-6, 4.1-8, 5.10-16, etc.). Los protagonistas aparecen como una pareja que se toca, se mira, se desea. ¡Basta con leer los versículos 3 al 6 del capítulo 2!

 

Ejercicios.

Tómese unos 10 minutos para observarse desnudo, mire bien sus genitales y compruebe qué sensaciones le despiertan.

Tómese unos 10 minutos y obsérvese completamente desnudo, mire cada parte de su cuerpo y compruebe sus sensaciones.

 

8. El Cuerpo en la Biblia.

A lo largo de muchos años nuestra teología careció de cuerpo; era «salvar las almas», ser «espirituales», «crecer en el espíritu», etc. Parecía que el Espíritu Santo moraba solamente en nuestro espíritu (¡y si moraba en el cuerpo era solamente hasta la cintura!).

Mover el cuerpo o cuidarlo era sinónimo de «carnal», «corporal». Pero la Biblia no conoce el dualismo que hacemos nosotros entre cuerpo y alma; el hombre aparece como una unidad indivisible.

 

A. El Cuerpo en el Antiguo Testamento.

Es imposible y escapa a nuestra finalidad hacer un desarrollo exhaus­tivo de la antropología bíblica, en especial de la concepción teológica del cuerpo. Sin embargo, haremos un rápido desarrollo sobre las ideas más importantes que nos sirvan para nuestra praxis pastoral.

El término más importante en el A.T. es el de «basar», cuyo significado más exacto sería «carne». Serán los griegos quienes distinguirán dos palabras «sarx» y «soma».

Dice Robinson: «Que de casi las ochenta partes del cuerpo citadas en el A.T., no existe ninguna palabra para el conjunto. Casi todas sus partes pueden servir para representar el todo, ya que las funciones de la personalidad se ejercen por medio de una enorme variedad de órganos, sean físicos o psíquicos, indiferentemente.»

Por ejemplo son nombrados: cabeza (Josué 2:19), rostro (Isaías 50:7, Job 29:24), boca, carne (Salmos 145:21), ojo (Salmos 38:11), huesos (Salmos 38:4), brazo (Salmos 137:5), mano (Salmos 89:26), rodilla (Isaías 45:23), pies (Salmos 40:13), etc.

No poseemos cuerpo, somos cuerpo, y la imagen que tenían los hebreos era la de un cuerpo animado y no un alma encarnada.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Sexualidad y Erotismo en la Pareja”

Por Bernardo Stamateas

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