¿Cuál de todos estos estilos es normal y cuál no lo es? ¿Cuál es la forma “normal y adecuada” de hacer el amor?

Todas y ninguna. No existe un estilo único y “normal” de hacer el amor. No hay uno mejor o uno peor, simplemente existen estilos diferentes. Para Marina una relación sexual se disfruta más cuando es espontánea y llena de sorpresas. Para Martín, en cambio, su performance sexual depende de quién tiene el control. Por último, para Mónica, un encuentro sexual sin novedad no sería satisfactorio.

Bíblicamente hablando, y a diferencia de nuestra cultura machista, no existen prerrogativas masculinas en el dormitorio. Aquí cada compañero cede los derechos sobre su cuerpo al otro porque ninguno posee ya su cuerpo para sí, 1ª Corintios 7:3-4. En cuanto a derechos y privilegios del sexo: “no hay hombre ni mujer”. Ahora bien, si ambos cónyuges tienen igualdad de derechos frente al sexo, ninguno de los dos tiene derechos y obligaciones especiales; ambos están sujetos uno al otro.7

De esta manera, cualquiera de los dos puede tomar la iniciativa y el otro aceptarla. Pueden ser asertivos o pueden estimularse mutuamente en una orquestación simultánea y sincronizada de sus estímulos sexuales.

En conclusión, el verdadero problema de la intimidad conyugal no radica en la cantidad de relaciones sexuales ni en la posición. Si una pareja mantiene relaciones sexuales todos los días y ambos se sienten satisfechos, se considera normal. Por otra parte, una pareja puede tener una relación una vez al mes y también sentirse satisfechos, pues bien, también se considera normal. Es que el centro es la mutua satisfacción y no la cantidad. No hay máximos ni mínimos. Por otra parte, debemos ver la sexualidad no como el centro del matrimonio, sino como una forma más de mostrar afecto, respeto, atención y brindar sensaciones que nos hagan sentir más unidos. La idea de Dios es la de un regalo para disfrutar juntos, por ello siempre debe verse como algo maravilloso y reservado únicamente para el matrimonio. Cultivar una actitud positiva hacia el sexo, mantener un sentimiento de bienestar y confianza y canalizar el amor, a fin de hacer vibrar y brillar la fuerza sexual creativa, fortalecerá enormemente el matrimonio.

Extracto del libro Sexualidad Sana, Liderazgo Sólido

Por José Luis y Silvia Cinalli

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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