La Doctrina de la Trinidad – Dios en Tres Personas: La Trinidad 8

 

Continuemos.

La analogía de las tres formas del agua (vapor, agua y hielo) es también inade­cuada porque:

  • Ninguna parte del agua jamás es las tres cosas a la vez.
  • Tienen diferentes propiedades o características.
  • La analogía no tiene algo que corres­ponda al hecho de que hay sólo un Dios (no hay tal cosa como «un agua» o «toda el agua en el universo»).
  • Falta el elemento de la personalidad inteligente.

Se han derivado otras analogías de la experiencia humana. Se pudiera decir que la Trinidad es como el hombre que a la vez que es agricultor, alcalde de la ciudad y anciano en la iglesia. Funciona en papeles diferentes en ocasiones diferentes, pero es un solo hombre. Sin embargo, esta analogía es muy deficiente porque hay sólo un individuo haciendo estas tres actividades en tiempos diferentes, y la analogía no puede explicar la interacción personal entre los miembros de la Trinidad.

Otra analogía tomada de la vida humana es la unión del intelecto, las emocio­nes y la voluntad en un solo ser humano. Aunque estas son partes de la personali­dad, sin embargo, ningún factor constituye la persona entera; y las partes no son idénticas en características sino que tienen capacidades diferentes.

Así que, ¿qué analogía debemos usar para enseñar la Trinidad? Aunque la Biblia usa muchas analogías de la naturaleza y la vida para enseñarnos varios aspectos del carácter de Dios (Dios es como una roca en su fidelidad, es como un pastor en su cuidado, etc.), es interesante que en ninguna parte la Biblia usa analogía alguna para enseñar la doctrina de la Trinidad. Lo más cercano que tenemos a una analo­gía se halla en los mismos títulos «Padre» e «Hijo»; títulos que claramente hablan de personas distintas y de la estrecha relación que existe entre ellos en una familia hu­mana. Pero a nivel humano, por supuesto, tenemos dos seres humanos entera­mente separados, y no un ser compuesto de tres personas distintas. Es mejor concluir que ninguna analogía expresa adecuadamente lo que es la Trinidad, y todas desorientan de maneras significativas.

6. Dios existe eterna y necesariamente como la Trinidad. Cuando fue creado el universo, Dios Padre habló las palabras creadoras poderosas que lo hicieron exis­tir, Dios Hijo fue el agente divino que realizó estas palabras (Jn.1:3; 1 Co 8:61 Co 8:6; Col 1:16; Hb.1:2), y Dios Espíritu Santo estaba activo (Gn.1:2). Así que es como esperaríamos: si los tres miembros de la Trinidad son igual y plenamente divinos, los tres han existido por toda la eterni­dad, y Dios ha existido eternamente como Trinidad (Jn.17:5, 24). Es más, Dios no puede ser otro que el que es, porque es inmutable (vea capítulo 11 arriba11 arriba). Por consiguiente, parece apropiado concluir que Dios necesariamente existe como Trinidad; no puede ser otra cosa que lo que él es.

 

C. Han Surgido Errores al Negar Alguna de Estas Tres Afirmaciones que Resumen la Enseñanza Bíblica.

1. Dios es tres personas

2. Cada persona es plenamente Dios.

3. Hay sólo un Dios.

Antes de continuar es importante considerar algunos de los erro­res doctrinales en cuanto a la Trinidad que han surgido en la historia de la iglesia. De hecho, los principales errores trinitarios que han surgido, han resultado debido a una nega­ción de una u otra de estas tres afirmaciones primordiales.

1. El modalismo aduce que hay sólo una persona que se nos presenta en tres formas (o «modos») diferentes.

En varias ocasiones algunos han enseñado que Dios no es en realidad tres personas distintas, sino una sola persona que se aparece a los seres humanos en diferentes «modos» en ocasiones diferentes. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento Dios aparece como «Padre». En los Evangelios, esta misma persona divina apareció como «el Hijo» como se ve en la vida humana y mi­nisterio de Jesús. Después de Pentecostés, esta misma persona entonces se nos re­veló como el «Espíritu» activo en la iglesia.

A esta enseñanza también se hace referencia con dos otros nombres. A veces se le llamas sabelianismo, por un maestro llamado Sabelio que vivió en Roma a prin­cipios del siglo III d.C. Otro nombre que se le da al modalismo es «monarquismo-modalista», debido a que esta enseñanza no sólo dice que Dios se nos reveló en «modos» diferentes sino también dice que hay sólo un supremo gobernador («mo­narca») en el universo y que es Dios mismo, que consiste de sólo una persona.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Teología Sistemática”

Por Wayne Grudem

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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