Guerra Espiritual – La Guerra Espiritual a Nivel Ciudad 1
1. La Toma de la Ciudad.
Hasta hace algunos años, los cristianos pensábamos que la toma de la ciudad era imposible no sólo para el hombre, sino, también para Dios. Las cosas han cambiado. Hemos descubierto a un Dios de poder que ama a las ciudades y quiere que vengan al conocimiento de Cristo. Como hijos de Dios, nos hemos dado cuenta de que tenemos autoridad para entrar en la tierra poseerla. Malaquías dice que somos «especial tesoro» para Dios (Malaquías 3:13-17).
2. La Ciudad Según la Biblia.
A. Los Muros.
En la Biblia, una ciudad es un asentamiento permanente sin importar su tamaño. Existían dos tipos de ciudades en la antigüedad:
Abiertas o no amuralladas: Cualquiera podía entrar y salir de ellas. Por lo general, estos pueblos no tenían gran importancia desde el punto de vista político.
Amuralladas: Cuando Moisés envió a los espías a la tierra prometida, les pidió que observaran cómo eran las ciudades (Nm.13.19, 28). A su regreso, informaron que eran «grandes y fortificadas», «amuralladas hasta el celo» (Dt.1:28; Jer.34:7).
B. Las Puertas.
El punto más vulnerable de una ciudad era la puerta: de allí, las torres de vigías. Una ciudad podía tener una puerta (Jericó) o varias (Babilonia).
Las técnicas para sitiar estratégicamente una ciudad o atacarla por sorpresa consistían en: escalar los muros, incendiar o derribar las puertas, utilizar catapultas.
C. El Centro.
Cada ciudad tenía un centro, donde se realizaban transacciones comerciales, y los suburbios, donde estaban las actividades de granja (Nm.35:2; Jos.14:4). También había aldeas en las afueras de la ciudad, que no tenían muros aunque fueran grandes (Nm.21:25; 32:42).
D. El Espíritu de la Ciudad.
Dios habla a las ciudades enteras a través de sus profetas. Por ejemplo, Jonás y Nahúm en Nínive; Miqueas en Israel.
Las ciudades pueden ser juzgadas o bendecidas:
- Sodoma y Gomorra fueron destruidas.
- Nínive experimentó el avivamiento espiritual.
- Canaán fue maldecida y luego transformada en la tierra prometida (Gn.9:25)
Cada ciudad está gobernada por distintos principados:
- Tiro: Ezequiel 28:12
- Persia: Daniel 10:13
- Éfeso: Hechos 19:28
Estos principados pueden estar relacionados con el nombre de la ciudad:
- Nínive es la «ciudad sanguinaria» (Nah.3:1)
- Babilonia es «la madres de las rameras» (Ap. 17:5)
- Tiro es «la ciudad alegre» (Is.23:7)
- Jerusalén es Ariel, «el león de Dios» (Is.29:1)
Diferentes pecados han dado autoridad a los principados:
- Sodoma y Gomorra: Génesis 18:20-21
- Jerusalén: Lucas 19:41-44
- Nazaret: Marcos 6:5-6
La oración es esencial para el avivamiento:
- Los exiliados oraron por la ciudad (Jer.29:7)
- Abraham intercedió por Sodoma (Gn.18:22-23)
- Moisés intercedido por su pueblo (Ex. 32:9-14)
3. Las Ciudades en el Nuevo Testamento.
Veamos brevemente algunas ciudades importantes del Nuevo Testamento.
A. Jerusalén.
Era una de las ciudades más difíciles de llegar con el evangelio. Fue allí donde Jesús fue crucificado, donde sus discípulos lo abandonaron. No obstante, Jerusalén fue tomada y llena con la palabra del Señor. «Y ahora, han llenado con su doctrina» (Hch.5:28).
B. Samaria.
Sus 350,000 habitantes también oyeron la palabra del Señor.
C. Éfeso.
Hechos 19:10 dice que toda la ciudad fue llena de la palabra del Señor.
D. Otras ciudades.
Hechos 9:35: «Le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón».
Hechos 9:42: «Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor».
Hechos 19:10: «Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús».
Romanos 15.19: «…de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta llírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.»
4. Josué, un Ejemplo.
Cuando Dios llamo a Josué para tomar la ciudad (nada menos que la tierra prometida), lo primero que Dios hizo fue motivar a Josué para la tarea.
A. Para Tomar la Ciudad necesitamos una Motivación Interior.
Dios llamó a Josué y lo alentó. Recordemos que Josué había visto morir a toda una generación (Moisés, Aarón, María). Había estado 40 años en el desierto con un pueblo enojado, desagradecido e infiel. Dios irrumpió en su vida y lo hizo un hombre de coraje. Le dijo que nadie podría hacerle frente.
La guerra no se gana en el campo de batalla; se gana en el corazón. No importa cuántos enemigos tengamos. Lo que importa es que tengamos una palabra motivadora de Dios en nuestro corazón, una promesa que nos alimente y nos sostenga. «Yo te he dado la tierra»… «nade te podrá hacer frente» (Jos.1:3-4). Seremos más que vencedores. Dios no nos da esta palabra para que nos emocionemos, sino para provocar un cambio en nuestro interior.
(CONTINÚA…)
Extracto del libro “6 Niveles de Guerra Espiritual”
Lee La Guerra Espiritual a Nivel Ciudad 2
