La Doctrina de la Creación – La Creación 5

 

Continuemos.

Si Dios mismo no tiene una identidad personal aparte del universo, nosotros tampoco de­bemos procurar tener una. Por tanto, el panteísmo destruye no sólo la identidad personal de Dios, sino también, a la larga, la de los seres humanos. Cualquier filosofía que vea la creación como una «emanación» de Dios (es de­cir, algo que brota de Dios pero que todavía es parte de Dios y no distinta de él) se­ría similar al panteísmo en la mayoría o en todas las maneras en que niega los aspectos del carácter de Dios.

El relato bíblico también descarta el dualismo. Esta es la idea de que Dios y el universo material han existido eternamente lado a lado. Por tanto, hay dos fuerzas supremas en el universo: Dios y la materia.

El problema con el dualismo es que indica un conflicto eterno entre Dios y los aspectos de maldad del universo material. ¿Triunfará a la larga Dios sobre el mal del universo? No podemos estar seguros, porque Dios y el mal al parecer siempre han existido lado a lado. Esta filosofía negaría el señorío supremo de Dios sobre la creación y también que la creación resultó debido a la voluntad de Dios, que se debe usar sólo para sus propósitos y que debe glorificarlo. Este punto de vista tam­bién negaría que todo el universo fue creado inherentemente bueno (Gn.1:31) y animaría a los seres humanos a ver la realidad material como algo malo en sí mis­ma, en contraste con un relato bíblico genuino de una creación que Dios hizo para que fuera buena y que él gobierna para sus propósitos.

Un ejemplo reciente del dualismo en la cultura moderna es la serie de películas La guerra de las galaxias, que postula la existencia de una «Fuerza» universal que tie­ne un lado bueno y un lado malo. No hay concepto de un Dios santo y trascenden­te que lo gobierna todo y que ciertamente triunfará sobre todo. Cuando los que no creen hoy empiezan a darse cuenta del aspecto espiritual del universo, a menudo se vuelven dualistas, meramente reconociendo que hay aspectos buenos y malos en el mundo sobrenatural o espiritual. La mayor parte de la religión de la «Nueva Era» es dualista. Por supuesto, a Satanás le deleita que la gente piense que hay una fuerza de maldad en el universo que es tal vez igual a Dios mismo.

El concepto cristiano de la creación también es distinto del concepto del deísmo. El deísmo dice que Dios no está interviniendo directamente en la creación.

El deísmo por lo general sostiene que Dios creó el universo y es mucho mayor que el universo (Dios es «trascendente»). Algunos deístas también concuerdan con que Dios tiene normas morales y que al final pedirá cuenta a las personas responsa­bles en el día del juicio. Pero niegan la participación presente de Dios en el mundo, con lo que no dejan lugar para su inmanencia en el orden creado. Más bien, ven a Dios como un relojero divino que le dio cuerda al «reloj» de la creación al principio y luego lo dejó para que funcione por cuenta propia.

Si bien el deísmo en efecto afirma de algunas maneras la trascendencia de Dios, niega casi toda la historia de la Biblia, que es la historia de la intervención activa de Dios en el mundo. Muchos cristianos «tibios» o nominales de hoy son, en efecto, deístas prácticos, puesto que viven vidas casi totalmente privadas de genuina ora­ción, adoración, temor de Dios o confianza momento tras momento en que Dios atienda las necesidades que surgen.

 

C. Dios Creó el Universo para que Muestre su Gloria.

Es claro que Dios creó a las personas para su propia gloria, porque habla de sus hijos e hijas como los «que yo he creado para mi gloria, al que yo hice y formé» (Is.43:7). Pero no sólo a los seres humanos creó Dios para este propósito. Toda la crea­ción tiene el propósito de mostrar la gloria de Dios. Incluso la creación inanimada, las estrellas, el sol, la luna y el cielo, testifican de la grandeza de Dios (Sal.19:1-2). El can­to de adoración celestial en Apocalipsis 4:11 conecta la creación de Dios de todas las cosas con el hecho de que él es digno de recibir de ella la gloria.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Teología Sistemática”

Por Wayne Grudem

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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