Un líder que se mantiene en la cima poseerá una actitud tenaz. Los líderes exitosos tienen buenas actitudes acerca de ellos mismos, de los demás y de la vida.
Analice su actitud con las siguientes preguntas. Nuestras actitudes determinan nuestra capacidad para dirigir a otros.
- ¿Aceptamos la responsabilidad?
- ¿Nos molestan o nos desafían los fracasos de las demás personas?
- ¿Usamos o cultivamos a las personas?
- ¿Dirigimos o desarrollamos a las personas?
- ¿Criticamos o alentamos?
- ¿Rechazamos a la persona problemática o la buscamos?
- ¿Guarda resentimientos o perdona con facilidad las injurias en contra suya?
- ¿Es usted razonablemente optimista?
- ¿Posee usted tacto? ¿Puede usted anticipar el efecto de una declaración antes que se haga?
- ¿Sus subordinados se sienten tranquilos en su presencia?
- ¿Depende usted del elogio o la aprobación de los demás?
- ¿Se le hace fácil hacer y conservar amistades?
- ¿Acepta usted una oposición a su punto de vista sin considerarlo una afrenta personal que lo haga reaccionar acorde a ella?
- ¿Puede usted inducir a las personas a que hagan, contentas, algo legítimo que normalmente no harían?
- ¿Se le encomiendan a usted situaciones difíciles y delicadas?
- ¿Posee usted la habilidad de poner disciplina sin tener que dar una muestra de autoridad?
- ¿Obtiene la cooperación y se gana el respeto y la confianza de los demás rápidamente?
- ¿Utiliza las decepciones de manera creativa?
- ¿Maneja la crítica de manera objetiva y se mantiene inamovible mientras la escucha?
- ¿Mantiene el control de sí mismo cuando las cosas van mal?
Extracto del libro “Spiritual Leadership”
Por R.E. Thompson