1. Citaciones

Para audiencias más maduras, una manera simple pero poderosa de “captar” su atención es con una frase, provocativa, chistosa o especialmente relevante para el tema del día. Enseguida el maestro puede provocar un debate sobre la misma, una lluvia de ideas o hasta solicitar algún tipo de respuesta por escrito.

Ejemplos de frases apropiadas para la captación:

“Ningún éxito en la vida compensa el fracaso en el hogar.”

“A las personas no les importa cuánto sabe, sino cuánto se importa por ellas.”

“Para todos nosotros es imposible vivir la vida cristiana, menos para Cristo. Y él quiere vivir Su vida a través de nosotros.”

“Dios está más interesado en lo que él está haciendo EN nosotros, de lo que está haciendo A TRAVÉS de nosotros.” 

  1. En el “billboard” del éxito

Esta es una dinámica interesante para ser utilizada, principalmente, con adolescentes, pero para usarla el maestro tiene que estar muy atento a lo que los jóvenes oyen y cantan.

Una canción está en la lista de éxitos y toda la juventud pasa cantando el estribillo de esta canción, inclusive los jóvenes y adolescentes de la iglesia. Constantemente el maestro los oye cantando aquí y allá. Pero el maestro sabe que la letra de esta canción no es conveniente para ser cantada por jóvenes creyentes. Y un día el maestro va a dar una clase en la que el tema se contrapone a algunas cosas que son mencionadas en aquella canción que está en la lista de éxitos.

Entones el maestro consigue algún CD con aquella canción y la lleva al salón de clase. Al comenzar su clase la canción se toca con un volumen razonablemente alto. ¡Qué excelente captación! Con seguridad los adolescentes y/o jóvenes se asustarán al ver aquella canción siendo tocada en esta clase. Pero, con seguridad, estarán alerta.

Después de oír la canción el maestro podrá proyectar una transparencia con la letra de aquella canción. Y juntos discutirán de qué habla la misma. Puede dividir en grupos para que los alumnos saquen sus propias conclusiones. Y como hay partes de la canción relacionadas al tema de su clase, esto va a introducir las verdades bíblicas con las conclusiones a que los alumnos estén llegando con relación a la letra de la canción que cantan. 

  1. Pre-evaluación

Siempre que un maestro vaya a comenzar una serie de clases con sus alumnos sería muy bueno si pudiera hacer una pre evaluación con ellos para verificar el nivel de conocimiento de los alumnos con relación al tema que será expuesto durante aquella serie de clases.

Esta pre-evaluación puede ser por escrito, pero no debe ser difícil ni demorada para no desanimar a los alumnos. Las preguntas tendrán que ser objetivas, (múltiple opción, falso/verdadero, asociación de una columna con la otra), todas muy fáciles y accesibles para los alumnos. Recuerde: muchos de ellos no estudiaron nada sobre aquel asunto y el objetivo no es frustrarlos.

Con el resultado de la evaluación en las manos el maestro podrá notar cuáles son los puntos a los que tendrá que dar más énfasis y cuáles son los puntos que de un modo general, los alumnos ya tienen algún conocimiento. También es interesante para los alumnos, porque ellos, de una manera general, notarán la necesidad de estudiar aquel tema durante aquella serie de clases.

¿Qué tal repetir esta misma pre-evaluación al final de la serie de clases dadas? ¿Será que el resultado será el mismo? 

  1. Concordar/Discordar

Material necesario: Una serie de afirmaciones controvertidas

relacionadas a la materia y elaboradas con anticipación por el maestro.

Procedimiento: El maestro levanta una serie de afirmaciones y pide que los alumnos anoten en una hoja de papel si están de acuerdo o no con las declaraciones. Las afirmaciones pueden hasta ser un poco ambiguas, presentando algunas dudas. Después, el maestro puede “corregir” las respuestas, iniciando una discusión sobre cada afirmación leída. 

  1. Lluvia de ideas

Este método es quizá uno de los más antiguos, pero aun así extremamente apropiado. El maestro simplemente levanta una cuestión que admite varias respuestas, y pide a los alumnos que sugieran esas respuestas tan rápido como sea posible. Durante la “lluvia de ideas” nadie debe evaluar, criticar o juzgar las respuestas. La crítica viene después de concluida la lluvia, cuando el maestro dirija una discusión sobre la cuestión.

Variación: En lugar de hacerlo con toda la clase, el maestro puede pedir a grupos de 2 a 4 que anoten sus respuestas a la cuestión y después compartir los resultados con todo el grupo. 

Extracto del libro “101 Ideas Creativas para Maestros”

Por David Merkh y Paulo França

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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