cuatro-golpes-al-desanimoDevocional Diario – Cuatro Golpes al Desánimo 2

 

Pasaje clave: Éxodo 18:9-21.

 

Continuemos.

Estos son los 4 golpes que le daremos al desánimo:

1. Delegar.

Cuando nuestro cuerpo llega a su límite delegar la tarea en otro cuerpo y mente. Eso le pasó a Moisés que estaba todo el día profetizando, desde la mañana hasta la noche, y Jetro, su suegro, (que quiere decir “excelencia”) lo abrazó y le dijo: “Moisés, estás haciendo mal, vas a frenar la bendición, porque tu cuerpo no lo podrá resistir y tu mente no tiene tanta capacidad.”

Aprendé a delegar si quieres que Dios te siga dando más. Delegar significa, poner en otros lo que Dios me dio.

La recompensa de la unción es más trabajo, y si no delego, no podré tomar lo nuevo que Dios me quiere dar.

Hay gente que no avanza porque se estancó y se desilusionaron por no delegar. Si la visión es chica la tomará como propia y se aferrará a ella sin delegar, entonces no crecerá.

Delegar no es negar, ni dejar, ni es vagancia, es poner en otro, es expansión: Sé que Dios me dará algo más grande, tengo que soltar lo que poseo para tomarlo y luego volver a delegar para alcanzar lo más grande que vendrá.

Si la visión es grande, la expansión será grande.

Jetro le dijo: “Moisés delegá. Atenderás los casos difíciles y elegirás líderes que liderarán por mil, por cien, por cincuenta y por diez personas. Hay gente capaz cerca de ti.”

Moisés no lo vió porque no quería delegar, pero cuando abrió sus ojos entendió el consejo divino y descubrió que había gente que tenía la unción por mil, cien, cincuenta y diez.

Hay personas que están esperando ser descubiertos, que los activemos para sacar su potencial.

Delegar no significa pasar la tarea y olvidar; delegamos la tarea pero nunca la responsabilidad, por lo tanto debo supervisar que se realice.

Hay cosas que son indelegables, por ejemplo yo no puedo delegar la visión pero sí puedo delegar las tareas en los pastores: orar por la gente, aconsejar, llamarlos.

Lo indelegable es la esencia de lo que Dios nos da pero cuando delegamos recibiremos aún más, y daremos la oportunidad a otros que estaban dormidos para soltar su unción haciendo crecer al líder que hay en su interior.

John Maxwell dijo que una persona puede dejarle a otra, tres cosas:

  • Un souvenir, que es el recuerdo de una fiesta.
  • Un trofeo, lo que ganaste en un campeonato.
  • Un legado, la herencia que queda para las próximas generaciones.

Para recibir cosas mayores de Dios debemos cambiar la mentalidad.

 

2. Innovar.

Todo nos cansa, por eso llega el aburrimiento. Innovar significa agregar el factor sorpresa, ¡hacer algo nuevo!

Aunque sean pequeñas, necesitamos implementar modificaciones en todo lo que hacemos para no aburrirnos. Llená tu agenda con actividades, para tener experiencias nuevas y crecer. Hay gente que no hace nada, no aprovecha los días, se le van los años y casi no lograron nada. Viví la vida con intensidad.

El desanimo no viene porque lo que hacemos es malo sino porque todo llega a una meseta y, lo que al comienzo entusiasmó, termina siendo rutinario por eso debemos añadirle la pasión de innovar.

La relación de una pareja se torna aburrida porque no innovan, hasta para pelearse lo hacen igual, realizando los mismos comentarios siempre.

 

3. Disfrutar.

Es otro golpe mortal al desánimo. No somos más felices porque no practicamos más lo que nos hace feliz.

¿Qué es lo que te hace feliz? Agregalo a tu agenda y no esperes para mañana, nadie tiene los días contados, hacé lo que alegra a tu corazón.

«Este es el día que hizo el Señor me gozaré y alegraré en él». Si hago lo que me hace feliz volveré a sentir alegría en mi corazón.

Hay mucha gente triste y es porque “no hacen nada”, nunca ponen su corazón en lo que hacen. Poniendo el corazón en lo que hacemos añadimos pasión a nuestra vida.

“Si estás barriendo las calles deberías hacerlo igual que pintaba Miguel Ángel, componía Beethoven o escribía Shakespeare. Deberías limpiarlas de tal manera que los moradores del cielo y de la tierra se parasen y dijeran: “Aquí vivió un gran barrendero que hizo bien su trabajo”, dijo Martin Luther King.”

¡Hasta para limpiar poné tu corazón! Promové la diversión, que tus dichos alegren a los demás, viví de tal manera que causes alegría, convertí el mal momento en uno placentero.

“Si no descubriste nada por lo que valga la pena morir, es que no estás preparado para vivir” dijo Martin Luther King.

Preguntate: ¿He soñado lo suficiente? ¿He vivido plenamente? ¿He aprendido a desprenderme? ¿He amado bien? ¿He pisado la tierra para traer un avivamiento? Eso es disfrutar.

(CONTINÚA…)

Por Bernardo Stamateas

 

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