Devocionales Cristianos – La Gloria de Dios Envolverá tu Fe

 

La Gloria “Kabod” en hebreo significa éxito. José les dijo a sus hermanos: “Vayan a la casa de papá y díganle de mi éxito” (Génesis 45).

Gloria es la manifestación más pesada de Dios y una de ellas es de éxito. En el éxito, la Gloria de Dios baña tu fe, y tu fe todo lo que toca lo convierte en oro.

Pablo decía: “Ponte la armadura del soldado, el calzado de la paz, la coraza de justicia, pero sobre todo el escudo de la fe” (Efesios 6).

Porque la fe sirve para apagar los dardos del enemigo. En la antigüedad, eran unos dardos envenenados en fuego los cuales cuando caían encendían el escudo que era de madera y de hierro, y los soldados, bañaban en agua su escudo para que cuando cayeran los dardos fuesen apagados inmediatamente.

Pablo nos enseña a dejar que nuestra fe sea bañada por la un­ción, por la gloria; para que cuando esa gloria sea derrama­da, todos los dardos sean apagados delante de nuestros ojos, y entonces sí, avancemos hacia el éxito y hacia cada una de las promesas que Dios nos habló.

Hay una Gloria que Dios soltará y cuando lo haga, tendremos éxito en todo lo que hagamos. Los negocios estarán con la Gloria del éxito, las decisiones con la Gloria del éxito, las ventas y compras con la Gloria del éxito, porque en avivamiento Dios abrirá los cielos y todo lo que hagamos nos saldrá bien.

Hay tiempos en donde Dios suelta “momentos de fe”, donde derrama su Gloria, pone algo grandioso sobre nosotros, para que en el mismo instante en que lo estamos viendo sepamos capturarlo. Aprovechemos los kairos de Dios, los mejores tiem­pos de oportunidades estarán delante nuestro… allí será el mo­mento de soltar esa fe que está dentro nuestro para tomar sin dudar la conquista. Ese momento será la consecuencia de la fe que va creciendo día a día en tu vida y que Dios potencia para que captures algo grande.

La única manera de avanzar y de crecer es moviéndose. A pe­sar de que haya cosas que no te salen bien, que no te gustan o dan miedo, seguí caminando.

Date permiso para equivocarte sin castigarte ni torturarte men­talmente.

Cuando intentes avanzar siempre vendrán a tu mente aquellos pensamientos negativos que te harán recordar tu equivocación del pasado, por eso quitá toda duda y declará: “Sigo caminan­do porque hay algo por lograr, hay una gloria que está cayendo sobre mi vida y no la voy a dejar pasar, no voy a permitir que se escape”. ¡No te detengas!

Lo que necesitás en estos tiempos de fe es no esperar que na­die te confirme lo que tenés que hacer sino tener velocidad de reacción.

Declará: “Dios me lo dijo, lo creo, lo confieso y lo aplico”. Aristóteles decía: La inteligencia consiste no sólo en el conocimien­to, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la prác­tica.

Jesús mientras caminaba le dijo a Pedro: “Sígueme”. Los discí­pulos dejaron todo y al instante le siguieron.

Eso es velocidad de reacción. Eso es lo que necesitás activar para no perder las bendiciones que Dios está soltando en tu vida. No esperes a que alguien ratifique lo que Dios puso en tu corazón. No esperes a nada ni a nadie para declarar fe, oí lo que los discípulos hicieron: dejaron todo y al instante le siguieron.

Extracto del libro “60 Principios de Fe”

Por Bernardo Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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