Devocionales Cristianos – Soy el Dueño de Mi Mundo Emocional
Para caminar con la cabeza sana, debés ser dueño de tu mundo emocional, el capitán de tus emociones; porque cuando le entregás el mando de tu vida emocional a los demás, tus emociones serán frágiles y cualquiera las podrá lastimar. Nadie puede herirme a menos que yo me hiera.
Poner el mundo emocional en manos de terceros es monstruoso, porque la gente puede jugar con tus emociones y lastimarte; por eso es necesario que recuperes el control de tu mundo emocional. Yo determino cómo me siento, lo que pienso y creo.
Si vos actuás mal, yo oraré para que Dios te corrija, pero no voy a actuar como vos, porque estoy en el control de mi vida y decidí hacer lo correcto.
Tu felicidad no depende de cómo te traten los demás, sino de cómo te tratás vos mismo, y cuando recuperás el control, nadie podrá dañar tu mente.
Siempre escuchamos frases como éstas: «Vos me hacés feliz», «Me robaste la paz. ¡y por eso estás así! Te robó la paz porque le entregaste tu mundo emocional para depender de él. La paz nadie te la puede robar a menos que la entregues.
Y decís: «Es que mis hijos me sacaron de quicio, me hicieron enojar.»
Nadie puede hacerte sentir triste a menos que vos mismo lo permitas. Vos determinás vivir en gozo o en tristeza.
Jesús dijo en la cruz: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen».
Él no había entregado su mundo emocional a la gente, por eso dijo «Perdónalos» y los bendijo.
Al bendecir a tus enemigos les demostrás que no tienen el control de tu vida.
Si entregás tu mundo emocional, vas a depender de cómo te tratan, del clima, de lo que te dicen, y estarás muerto emocionalmente antes de tu muerte física.
Pero si controlás tu vida como el profeta Habacuc, dirás: «Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya fruto con todo me regocijaré en el Señor.»
Yo determino cómo me siento, lo que pienso y lo que creo.
Él es mi gozo y Él está en el control de mi vida y yo determino lo que creo, pienso, hago y digo. Debés ser libre de la gente.
Querida mamá: “Es con pesar que te informo que huí de casa con mi nuevo novio Juan. Estoy apasionada, ¡está buenísimo! Con todos sus aros, piercings y tatuajes y con aquella moto tan linda… Pero no es sólo eso, mamá: estoy embarazada y Juan dijo que seremos felices en su casa rodante (por cierto mamá, Juan es africano, espero que no te importe). Él quiere tener más hijos conmigo, y eso es lo que siempre soñé. Aprendí con él que la cocaína no le hace mal a nadie, y por eso nunca nos va a faltar en nuestro hogar. Dice que viviremos en perfecta armonía con nuestros hijos y con toda la barra de amigos. No te preocupes mamá, ya soy mayor, tengo quince años y me sé cuidar muy bien. Cualquier día vuelvo para que conozcas a nuestros hijos. Un gran abrazo y hasta un día de estos”.
Tu hija, María Esther
P.D.: Mami, no te asustes, es todo mentira. Estoy en casa de mi amiga Patricia. Sólo te quería demostrar que hay cosas peores que las notas del colegio, que están en el primer cajón de mi mesita.
Extracto del libro “Mentalidad de Avivamiento”
Por Bernardo Stamateas
Hola Elisabeth. ¡¡Bienvenida!! Gracias a vos por tu actitud de bendición.
GRACIAS POR SU GENEROCIDAD, EN COMPARTIR TAN EXELENTE MATERIAL PARA EDIFIACIÓN ESPIRIUAL DE MI VIDA. QUE DIOS LES BENDIGA HOY Y SIEMPRE.