Estudios Cristianos – El Líder y la Culpa 1

 

Un líder con sentimientos de culpa es un líder «bloqueado» en su tarea específica y en otros aspectos de su personalidad. Por eso este asunto es importante. Comenzamos con una cita del libro titulado «Guilt and Freedom» (Culpa y Libertad) de los doctores B. Narramore y B. Counts, ambos fieles cristianos.

Dice así: «Como la culpa es un sentimiento doloroso, sin darnos cuenta lo disfrazamos y apartamos de nuestras mentes conscientes. Escondiéndolo en el inconsciente pensamos que estamos libres. Pero nuestras inquietas vidas emocionales nos traicionan… Continuamos perturbados por nuestros conflictos internos y las frustraciones a medida que la culpa reprimida surge hacia afuera bajo otros nombres… Hemos disfrazado y de­formado nuestro sentimiento de culpa de modo que ya no reconocemos su presencia. Pero lo único que hemos hecho es aplicar un nuevo vocabulario y un nuevo código a lo que antes era conocido como culpa. Los padres y maestros que acostumbraban decir que un niño era «bueno» o «malo» ahora dicen que es «maduro» o «inmaduro», «adaptado» o «inadaptado». Hoy estas palabras están, simplemente, tomando el mismo significado que las anteriores «bueno» o «malo». Por eso, si no somos «maduros» o «bien adaptados», tenemos el mismo sentimiento de culpa que antes».

 

1. El Líder y Algunos Disfraces del Sentimiento de Culpa.

Tienes que estudiarte y descubrir si, por casualidad, llevas inconscientemente algún disfraz del sentimiento de culpa.

A. «No sentirse del todo feliz en los momentos felices». Síntoma frecuente. La persona arruina las cosas mostrándose insatisfecha o creando conflictos (pequeños o grandes) en vacaciones, fiestas familiares, reuniones sociales, momentos de compañerismo, viajes, salidas a espectáculos u otros esparcimientos, etcétera.

B. «Postergar indefinidamente las responsabilidades». Dejar siempre las cosas para otro día y no cumplir nuestras responsabilidades salvo que nos obliguen. Faltar sistemá­ticamente al trabajo o al colegio, universidad, etc., ser impuntual, no asistir a reuniones de comisiones, quejarse por las cosas que uno tiene que hacer, etcétera.

C. «Timidez y autorreferencia». Sentirse «dejados a un lado», creer que los demás están hablando mal de uno, esperar que otros vengan a hablarlo a uno pero no tomar nosotros mismos la iniciativa a hablar con otros, por temor a ser ignorados o rechazados. Ser hipersensibles y escondernos de los demás, como Adán y Eva en el huerto (Gén.3:10).

D. «Meterse en un montón de cosas al mismo tiempo». Aceptar más nombramientos, cargos y responsabilidades de las que podemos sobrellevar hasta el punto de negarnos tiempo para el descanso y el esparcimiento. «Castigarnos» con exceso de ocupaciones, aunque a veces no tengamos los dones o talentos necesarios para cumplir esas tareas.

E. «Hacer regalos para quedar bien con alguien que puede acusarnos». Ver el caso famoso de Jacob, que después de defraudar a Esaú, quiso protegerse enviándole muchos regalos (Génesis 32:6-7,13-15). Esto no significa que no hay que hacer regalos. Pero a veces hay ciertos regalos que pueden ser disfraz de un sentimiento de culpa.

(CONTINÚA…)

Por Samuel O. Libert

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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