Hombres Cristianos – La Liberación de tu Esposa 3

 

Continuemos.

Lo maravilloso de orar por la liberación que tu esposa necesita es que no tienes que tener todas las respuestas. De todas maneras, ella no espera que así sea. Y tú no tienes que entenderlo todo. Tal vez ni ella misma entiende que le está sucediendo. Pero Dios lo en­tiende todo y tiene todas las respuestas; entonces encárgaselo a Él. Tu esposa solo quiere saber que vas a continuar amándola y apo­yándola, aunque veas lo que ella guarda en su interior.

Si tienes una esposa que necesita mucha liberación y sanidad, quizás estés pensando: «No está en mí lidiar con todos los proble­mas de mi esposa. Lo único que quiero es navegar apaciblemente y ella está alborotando las aguas«. Pues por eso es que los polos opues­tos se atraen, para complementarse mutuamente. ¿Acaso tienes idea de lo aburrido que sería tener que vivir con alguien que sea igual a ti? ¿Dónde estaría la chispa? ¿Dónde estaría el reto? Serías capaz de predecir cada una de las palabras de tu esposa, cada una de sus acciones, porque sería exactamente lo que tú dirías o harías.

Nunca olvidaré una ocasión en que estuve involucrada en un seminario en el cual el anfitrión y la anfitriona nos dividieron en grupos de acuerdo con los diferentes rasgos de la personalidad. Los extrovertidos que necesitaban ser el centro de atención, esta­ban juntos. Las personas sensibles y profundamente consideradas estaban juntos en otro grupo, y así sucesivamente. Fue una expe­riencia miserable. La gente extrovertida constantemente procura­ba tomarle la delantera a los demás. Los sensibles y considerados en extremo se deprimían entre sí. Yo estaba desesperada por re­gresar a un grupo mixto. Ser exactamente igual a los demás es aburrido.

Quizás estés pensando que estarías muy contento si pudieras intercambiar todas las emociones que experimentas por un poqui­to de aburrimiento. Y lo comprendo. Cuando los problemas de nuestro cónyuge nos retan, nos desgastan. Así que aunque tu es­posa esté atravesando por una etapa bastante difícil que parezca requerir más paciencia de la que tienes disponible, solo recuerda cuán privilegiado eres de ser un instrumento de sanidad de Dios y dale las gracias por permitirte crecer al lado de ella.

 

El Proceso de Liberación.

La cosa más alarmante que descubrí respecto a estar embarazada fue que desde el momento en que concebí, entró en acción todo un proceso. Y no había manera alguna de yo detenerlo, aparte de hacer algo para terminarlo. Todo estaba completamente fuera de mi control. El proceso iba a continuar, con o sin mi cooperación. Ese sentir de la falta total de control de tu cuerpo es un sentimien­to extraño. Así es como a veces se siente el proceso de liberación. El proceso continuará, lo quieras o no. Pero es así porque tú sometiste tu vida al Señor, y Él desea que seas libre. Cuando Dios decide que ya estás listo para seguir el proceso, siembra la semilla y esta se convierte en una fuerza que crece hasta que das a luz la libertad. Y de igual modo que nace un bebé, hay cierta cantidad de dolor que forma parte del proceso de liberación. Pero cuando todo termina, estás feliz de haberlo pasado.

Por lo general, las heridas emocionales y las ataduras se elimi­nan en capas, de la misma forma en que llegaron al principio. Es por eso que aunque tu esposa quizás tuvo un adelanto en cierta área, es posible que todo regrese con mayor fuerza. Hasta parece­rá ser lo mismo otra vez, aunque esta vez peor. Si así sucede, no te intimides ni te desilusiones. No pienses que las cosas están empeo­rando en vez de mejorar. Esto solo significa que hay nuevas capas de heridas y ataduras que están saliendo a la superficie para sanar­se y que Dios está llevando a tu esposa a un nivel de liberación más profundo. Con frecuencia, las capas más profundas son las más dolorosas. Solo aférrate a Dios en medio de la tormenta, y Él te llevará hasta el otro lado sano y salvo.

Igual que cuando uno da a luz un bebé, el peor dolor viene justo antes de la liberación más grande de nuestra vida. Las cosas se hacen más difíciles antes que la mayor de las bendiciones esté a punto de llegar. Pero el tiempo de Dios es perfecto.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “El Poder del Esposo que Ora”

Por Stormie Omartian

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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