Hombres Cristianos – Las Prioridades de tu Esposa 2

 

Continuemos.

Por ejemplo, si una persona llega al hogar de Bill y Sara y lo encuentran desordenado, descuidado y carente de todo atractivo, no va a pensar que Bill es un desordenado, sino que Sara no es una buena ama de casa. Por eso es que tu esposa se va a sentir mucho más enojada que tú cuando los demás miembros de la familia no limpien ni recojan lo que regaron. O cuando sin previo aviso, invitas a alguien a cenar en tu casa. Tal vez ella se sienta enojada por eso, no porque no desea ver a tal persona, sino porque cuando la casa no está en condiciones de recibir invitados, o la cena no es de la calidad como para invitados, siente que es a ella a quien van a juzgar. Y para muchas mujeres, arreglar la mesa y servir una exce­lente cena es algo que las hace sentirse realizadas y satisfechas. El elemento de la sorpresa le resta la oportunidad de hacerlo tan bien como sabe hacerlo.

La Biblia dice que es vano edificar una casa sin primero pedirle a Dios que sea Él quien la edifique. Atender un hogar incluye in­numerables tareas pequeñas que deben desempeñarse una y otra vez, y algunas son tan insignificantes, que cuando las estamos de­sempeñando ni tan siquiera se nos ocurre pedirle a Dios que esté presente en medio de ellas. Pero Él aliviará nuestras cargas si en todo lo que hacemos nos unimos a Él.

La mayoría de las mujeres tienen una vida fuera de las tareas del hogar, y les gustaría vivirla. Si oras pidiéndole a Dios que le ali­vie a tu esposa la carga de cuidar del hogar, le aliviarás mucho la presión que ella experimenta. No vaciles en preguntarle a Dios qué tú puedes hacer para ayudarla a llevar su carga. (Una de las cosas que más aprecio de mi esposo es que me ayuda con algunos quehaceres del hogar). Para una mujer el mantenimiento del hogar puede ser un tra­bajo muy ingrato, especialmente cuando nadie le da las gracias. Así que, recuerda demostrar tu aprecio por todo lo que ella hace en tu casa. Ella necesita saber que tiene tu aprobación, y que no aumentarás su carga de trabajo siendo desconsiderado.

Al establecer prioridades, por regla general una mujer coloca todo y a todos antes que a su propia persona. Esto produce en ella un desgaste constante que quizá no sea notable, hasta que un día se quebranta igual que un hueso que perdió todo su calcio. Si siempre está haciendo cosas a favor de los demás y nunca toma tiempo para sí misma, sufrirá un desgaste físico y emocional. A la larga, no tendrá nada para dar. Ora por ella para que dedique tiempo al cuidado de su persona. Esto no la convertirá en una per­sona centrada en sí misma, más bien, la convertirá en una persona centrada en Dios.

Para una mujer es muy difícil identificar las prioridades co­rrectas de su vida, cuando tantas cosas demandan su atención. Tu esposa necesita desesperadamente de tus oraciones. Y si eres uno de esos que emitió juicio y pronunció sentencia sobre ella, estoy se­gura que no lo hiciste con malicia. Retira tus cargos en su contra, exonera a tu esposa, y rehúsa permitir cualquier otra injusticia en el futuro. Notifícale al enemigo que el Juez máximo, la suprema Autoridad legal en todo el universo, ya perdonó a tu esposa y que, por lo tanto ya no tiene jurisdicción sobre su vida. El testimonio de cómo Dios la perdonó le asegurará a otras mujeres obedientes de la ley que ellas también pueden ser libres de las reglas de las altas expectativas. Entonces ora para que Dios le revele a tu esposa cuá­les deben ser sus prioridades. Y en cuanto al asunto de que ella pueda en realidad lograr ese equilibrio perfecto, el jurado aún está deliberando.

Por favor, ora por tu esposa para que:

  • Recuerde colocar a Dios en primer lugar.
  • Te dedique tiempo.
  • Le dedique tiempo equilibrado a tus hijos.
  • Tome el tiempo necesario para cuidar de su persona.
  • Pueda crear un hogar cálido y acogedor.
  • Siempre use sabiamente su tiempo.
  • Entienda cuáles son sus prioridades.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “El Poder del Esposo Que Ora”

Por Stormie Omartian

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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