Guerra Espiritual – La Guerra Espiritual a Nivel Terrestre 2

 

Continuemos.

Acab y Jezabel tuvieron hijos. La maldad generacional crecía a medida que crecía la descendencia. Uno de sus hijos se llamaba Ocozías (1 R. 22:52-54), que adoraba al señor de las moscas. La Biblia nos relata que «hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y anduvo en el camino de su padres, y en el camino de su padre, y en el camino de su madre».

Otro hijo fue Joram, quien asumió el trono de Israel e hizo algunos cambios positivos, aunque también hizo lo malo y se entregó al pecado (2 R. 2:1­3).

 

C. Las Maldiciones se Afirman en Pecados Específicos.

Estas conductas se heredan y pasa de generación en generación, por­que se originan en pecados específicos. En Deuteronomio 27 se men­cionan algunos de los pecados que pueden desencadenar las maldicio­nes hereditarias:

  • Adoración de ídolos y brujería (v.15).
  • Problemas con los padres (v.16).
  • Actos de crueldad (v.18).
  • Pecados sexuales (v.20-­23).
  • Rebelión (v.26).

 

D. Las Maldiciones Pueden Operar Sobre una Ciudad Entera.

Cuando estuve ministrando en Brasil, el Señor me reveló muchas cosas acerca de la guerra espiritual que yo desconocía hasta el momento. Por ejemplo, en Campos (una ciudad a varios kms. de Río de Janeiro) vi la estatua de un aborigen, que era el líder de una tribu feroz que solía cazar a otras tribus y conservar las cabezas de los enemigos como tro­feos. Durante nuestra ministración allí, notamos que muchas perso­nas, al ser ministradas, abrían los ojos y caminaban como si fueran robots, como si tuvieran la cabeza desconectada del cuerpo.

Desde la perspectiva espiritual, nuestros antepasados y especialmente sus maldiciones, tienen mucho que ver con nuestro presente. ¿Se pue­de maldecir una ciudad? ¿Se puede maldecir la tierra? La respuesta es Sí. Génesis 3 relata que cuando Adán y Eva pecaron, la serpiente, la mujer, el hombre y la tierra fueron maldecidos como consecuencia.

Si la tierra fue maldecida y aún espera su redención (Ro. 8:19-22), entonces la tierral ha sido invadida con demonios que se alimentan del pecado de la gente y satanás es el príncipe de este sistema. Así el Se­ñor levanta a un pueblo que trae bendición al mundo (Gn.12).

 

E. La Voluntad de Dios es Romper las Maldiciones.

Es sorprendente ver el gran amor de Dios por las personas y su deseo de darle a cada una la oportunidad de conocer ese amor. Así lo hizo con las peores familias nombradas en la Biblia, como el caso de Herodes.

Al pesar de la maldición que pendía sobre la familia, Dios amó a cada generación y les envió a sus profetas para que conocieran su amor y se arrepintieran de sus pecados

Herodes el grande. Su nombre se menciona en Mateo 2:1-3. Herodes el grande era mitad judío y mitad edomita. Los edomitas descendían del Esaú; es decir, eran un pueblo maldecido desde el principio por no amar a Dios. Cuando los magos vinieron ante Herodes (así se cumplió la profecía de Balaam, (Nm.24:17-18), este les pidió información para encontrar al rey de los judíos. Allí le dio la oportunidad de conocer su amor y así deshacer la maldición familiar, pero Herodes se rehusó. Algunos de sus hechos:

  • Asesinó a 100,000 judíos que se rebelaron contra él.
  • Cometió perversiones de todo tipo.
  • Ahogó a su cuñado.
  • Ordenó la muerte de todos los niños menores de dos años cuando Jesús nació.
  • Decretó que en el día de su muerte los principales de los judíos serían asesinados para que nadie se alegrara de sus muertes.

Herodes Antipas. Hijo de Herodes el grande, su nombre está registrado en Marcos 6:14-28. Se casó con la mujer de su hermano Felipe, Herodías. Todos recordamos el mensaje de Juan el Bautista instando a este hombre al arrepentimiento (Mr. 6:20). Parecía que el corazón de Hero­des cedería. Juan estaba delante de él para quebrar la maldición. Pero las cosas resultaron diferentes. Herodes le había prometido a su sobri­na Salomé cualquier cosa que ella pidiera. ¿Qué pidió Salomé? La cabeza de Juan el Bautista, el profeta de Dios. Cuando Jesús fue lleva­do ante Herodes, este le preguntó si era el Bautista resucitado (Lc.9.9; 23:8-11). Pero eso tampoco bastó para romper la maldición.

Herodes Agripa I. Su nombre aparece en Hechos 12:1-5. A Herodes Agripa le importaban sólo la política y su popularidad. Persiguió a los cristianos para congraciarse con los judíos. Mató a Santiago y encar­celó a Pedro. Aun así, Dios trató de conquistar el corazón de Herodes Agripa. Un ángel liberó milagrosamente a Pedro, pero el monarca no se arrepintió.

Herodes Agripa II. Nieto de Herodes el grande, se menciona su nombre en Hechos 26:24-28. Esta vez el Señor envió a Pablo para tocar el co­razón de esta familia, pero fue inútil. Herodes se limitó a decirle a Pa­blo que casi lo persuade a ser cristiano. La cuarta y última generación de la famita también se perdió. La historia narra que Herodes de Agri­pa II pasó sus últimos días en la vergüenza del exilio en el monte Vesu­bio. Los edomitas fueron devorados por la maldición. Satanás quiere hacer lo mismo con nuestra descendencia.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “6 Niveles de Guerra Espiritual”

Por Bernardo Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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