EN LA NIEBLA DE INCERTIDUMBRE

La historia militar registra que en 1837 un analista de guerra prusiano llamado Carl von Clausewitz acuñó el término «niebla de guerra» para referirse a las batallas donde se levantaba una densa niebla creada por la pólvora como zonas de caos y, sobre todo, de incertidumbre. Al escribir sobre esta idea, von Clausewitz destacó: «La tercera parte de toda acción de guerra ocurre en mayor o menor medida, en una niebla de incertidumbre». Específicamente, él se refería a la situación que se daba en una batalla de aquel entonces donde el humo de las explosiones y los disparos creaba una nube densa, una niebla real que no permitía ver lo que estaba sucediendo y provocaba mucha confusión, ya que en el momento en que von Clausewitz escribió esto, no existía la tecnología de comunicación o satélites que hoy se poseen en las guerras modernas como para saber bien la posición del enemigo y aun las acciones propias cuando no se ve con los ojos propios.

En el ámbito militar, aunque los tiempos han cambiado, el concepto de «niebla de guerra» de von Clausewitz se sigue utilizando, y algo similar experimentan nuestras ovejas cuando están en el valle de sombra de muerte. Hay momentos de lucha espiritual y prueba que crean mucha incertidumbre, y en los que la presencia y sabiduría de un buen pastor generan una seguridad que ayuda a disipar la neblina. En esos momentos de lucha espiritual, aunque uno percibe el ataque, es difícil discernir lo que el enemigo está haciendo. También es difícil entender lo que Dios está haciendo y de dónde vendrá su refuerzo; por eso necesitan a alguien cercano que haga más real que Dios está prestándoles atención y no les ha abandonado.

von Clausewitz decía que en los momentos de «niebla de guerra» se requiere un líder con una mente sagaz que no se deje abrumar por la situación y que tenga buen juicio para determinar la verdad y la dirección que hay que seguir, y eso necesitan nuestros liderados en los valles de sombras de muerte. Debido a eso, el trabajo de pastor no es apto para los débiles de corazón. Es para gente fuerte, estable, madura y preparada. Por eso me alegra compartir con usted estas páginas y que usted se esté fortaleciendo cada día más para ser un buen pastor. Las ovejas lo merecen, porque son ovejas de Su prado. Cuídelas como el buen mayordomo que usted es. Protéjalas. Tápelas y cúbralas con mucho amor, cariño y esmero. Valen la pena. Dios las ha comprado a precio alto: la sangre preciosa de Jesús.

Como Dios le dijo a Jacob en su sueño en Betel: «Yo estoy contigo. Te protegeré por dondequiera que vayas, y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré hasta cumplir con todo lo que te he prometido» (Génesis 28.15, NVI), sería precioso que nosotros mostráramos ese compromiso con las ovejas puestas a nuestro cuidado. Nos corresponde a usted y a mí, como líderes y pastores, ser buenos con ellas. Aun cuando anden en valle de sombra de muerte, no temerán, porque usted, querido pastor, irá con ellas.

Extracto del libro “Los 8 Hábitos de los Mejores Líderes”

Por Marcos Witt

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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