“Mejor es el fin de una cosa que su principio”. (La Biblia)

Una relación amorosa suele ser apasionada en sus comienzos, aunque rutinaria y monótona con el paso del tiempo. Durante el noviazgo, una simple llamada telefónica hace estremecer todos los sentidos. Estar juntos resulta una experiencia maravillosa. Los novios apenas se acarician y se les sonrojan las mejillas. Se mandan mensajes seductores y se les acelera el pulso. El sólo pensar en el otro les hace saltar el corazón; pero los años y la rutina cambian las cosas: llegan los hijos que cuidar, las cuentas por pagar y los quehaceres que realizar. Todo se vuelve tedioso. La llama de la pasión romántica termina sepultada entre miles de ocupaciones. La simple familiaridad suele desterrar el erotismo en la pareja.

La primera señal de alarma puede ser un descontento latente o un vago sentimiento de desilusión. La pareja tiende a desconectarse emocionalmente a través del tiempo. El beso desaparece y sólo se conserva para momentos fugaces de pasión erótica. Aun la actividad sexual se reduce a rápidos encuentros deslucidos y poco satisfactorios. ¿Qué ha sucedido? ¿Es que acaso la marcha nupcial nos condena a ir por el mundo sin pasión, a no volver a sentir que se nos doblan las rodillas y que vamos a desmayarnos de emoción? De ninguna manera. Lo que sucede es que creímos a la mentira de que el verdadero amor no necesita incentivos. He aquí algunos consejos para que, con un poco de energía e imaginación, el erotismo vuelva al matrimonio y sea más satisfactorio que nunca.

  1. Digan un cumplido romántico una vez al día.

Alguien dijo que hacer el amor dura tanto como 24 horas. Eso significa que para un buen encuentro íntimo se necesita todo un día de preparación. Un piropo en el buzón del celular; un mensaje de texto sugestivo, una cartita puesta en la billetera o una simple flor tienen el poder de hacer más fogoso un matrimonio. “Sin estos pequeños gestos de amor resulta muy incómodo empezar a tocarse de repente a media noche”, señala la psicóloga Lonnie Barbach.1 Las buenas relaciones sexuales comienzan con la unión emocional. Antes de acercar los cuerpos tienen que hacer todo aquello que los acerque emocionalmente.

  1. Tóquense con mayor frecuencia.

Es fácil distinguir en un restaurante a los novios de los casados, por la forma en que comen. Los novios conversan, se miman y se tocan. Se dan alimento uno al otro en la boca. Disfrutan. La pareja de casados mira el plato más que otra cosa. Según las estadísticas, los recién enamorados se tocan 37,8 veces al día. ¿Con qué frecuencia se besan y acarician los esposos que llevan mucho tiempo de casados? Esto, desde luego, varía mucho, pero algunas parejas prácticamente nunca se acarician.

Darse masajes, besarse, acurrucarse juntos para ver la televisión, salir a caminar o dormir tomados de la mano; todos estos contactos contribuyen a mantener la cercanía de una manera sencilla.

  1. Programen una cita romántica una vez a la semana.

Las actividades cotidianas y la rutina tienen la facultad de acabar con la relación más promisoria. Es que el ser humano se aburre con mucha facilidad. Para no caer en esta trampa, se recomienda agendar semanalmente un tiempo para estar solos. Si no lo programan, nunca lo tendrán. “Disponer de un tiempo fijo para estar juntos mejoró considerablemente nuestro matrimonio”, cuenta Marcelo. “Ahora hay algo que espero con ansias los fines de semana: una cita con mi mujer”. Si las exigencias de la vida lo están obligando a dejar su matrimonio para lo último, póngase de acuerdo con su pareja para verse. “Aunque no hablen de nada trascendental, estas citas pueden serles muy provechosas porque ustedes están conscientes de que las tienen en beneficio de la relación”, dice el terapeuta matrimonial y familiar William Doherty.2

  1. Respeten su individualidad.

Stephanie Schwethen dijo: “¿qué es lo que resulta tan emocionante en un amor nuevo y falta con tanta frecuencia en un matrimonio “viejo”? La curiosidad. ¿Qué es lo que falta en un amor nuevo y resulta tan grato en un matrimonio “viejo”? La familiaridad. Ambas cosas son importantes para que los cónyuges puedan acercarse más, sin perder su atractivo erótico.”

Ciertos terapeutas familiares consideran que un importante factor de la felicidad es un sano equilibrio entre la cercanía y la distancia. Las parejas que se tienen que separar con frecuencia saben lo estimulante que son estos recesos para su sensualidad. La separación obligada de varios días (razones de trabajo, ministerio, etc.) puede ser la llama que mantenga viva la pasión. Sin embargo, aunque las parejas rara vez se separan físicamente, deben buscar cierta autonomía a través de intereses y actividades personales. Estar unidos no significa mimetizarse con el otro. Cada uno debe cultivar áreas de competencia y placeres personales que enriquecerán la vivencia conyugal.

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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