ataques-del-diablo-o-la-obra-de-diosGuerra Espiritual – ¿Ataques del Diablo o la Obra de Dios? 1

 

Pasaje clave: Santiago 4.7-8.

 

A. La Guerra Nos Expone a la Gloria y a la Justicia de Dios.

No podemos empezar a hablar de guerra a altos niveles sin tener en cuenta que toda batalla empieza en el trono de Dios. Es Dios el que determina el tiempo de todo conflicto militar en los lugares celestiales. No nos toca a nosotros definir los tiempos y sazones, sino sólo a Él. Y estos tiempos están íntimamente relacionados con el establecimiento de los juicios y la justicia de Dios.

Toda guerra es un juicio que Dios permite para traer:

  • Liberación a los oprimidos.
  • Castigo o destrucción de los opresores.
  • Para establecer Su justicia.

Para que el juicio se lleve a cabo entran en función factores legales que son la base para que Dios actúe trayendo Su justicia. El interés primordial de Dios es que Su justicia sea establecida sobre un territorio para que todo el bien de Su reino pueda manifestarse.

«¡Jehová reina! ¡Regocíjese la tierra! ¡Alégrense las muchas costas! Nubes y oscuridad alrededor de Él; Justicia y Juicio son el cimiento de su trono. Fuego irá delante de Él y abrasará a sus enemigos alrededor… Los cielos anunciaron su Justicia y todos los pueblos vieron su gloria» (Salmos 97.1-3 y 6).

Vemos en este salmo un principio fundamental para entender cómo es que Dios toma la iniciativa de venir en contra de Sus enemigos. Lo que más nos interesa a nosotros para iniciar un conflicto es que el trono de Dios se manifieste en un lugar, y para esto es necesario mucha intercesión, clamor y ayuno de parte de los santos. Al Dios oír un clamor genuino y eficaz, Él va a revelar Su trono a los profetas y esto es el anuncio de que podemos acercarnos a Él para pedirle que juzgue a nuestros enemigos.

En el caso de la liberación de Israel de manos de Faraón de Egipto, Dios esperó a que la maldad de los amorreos llegara a su colmo. Este era el tiempo determinado para traer el juicio. Escuchó el clamor de cuatrocientos años de opresión y entonces se manifestó a Moisés en la zarza.

«Ten por cierto que tu descendencia habitará en tierra ajena, será esclava allí y será oprimida cuatrocientos años. Pero también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza… Y tus descendientes volverán acá en la cuarta generación, porque hasta entonces no habrá llegado a su colmo la maldad del amorreo» (Génesis 15.13-16).

Es sumamente importante entender que antes de emprender la batalla haya un encuentro con la gloria de Dios, con Su trono, o que el ángel del Señor se manifieste. Estas cosas las he aprendido porque, con gran temor y temblor ante Dios, es necesario acercarse a la guerra.

Muchas veces, la necesidad extrema o el conocer el tipo tan terrible de fuerzas demoníacas que se encuen­tran en un lugar, nos hacen anhelar el lanzarnos al combate, pero es necesario esperar en Él. Cuando Su gloria se revela uno sabe que va seguro a la batalla.

Hoy Dios quiere entregarnos las naciones. Es el tiempo de la gran cosecha y de la gran liberación de los pueblos de la tierra, pero aun así, Él sigue siendo el Rey y el supremo Comandante de Sus tropas.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Guerra de Alto Nivel”

Por Ana Mendez Ferrel

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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