Reposando en una roca frente el mar, espero tu llegada en el horizonte. Veo a lo lejos gente caminando bajo el calor del sol, envueltos en la bruma de la mar y de la sal. Cada ola que rompe, es como un latido de mi corazón resonando con fuerza y cada gota de agua que moja mi piel, es como un beso tuyo esperado por mis sentimientos.

No sé si vendrás hoy o mañana, o si algún día te podré ver y abrazar, pero yo estaré tranquilo en reposo sobre mi roca mirando el mar y sintiendo tus besos en esas gotas de agua fresca y salada que tanto me acarician y refrescan. La espera será grata si sé que por lo menos existe la posibilidad de que entre la multitud del horizonte aparezcas con tu caminar y tu sonrisa mirándome a los ojos y amándome como nunca.

Yo aquí tranquilo frente el oleaje y frente el calor del día, también esperaré en las noches para mirar a la luna y así poder ver tus ojos en ella, y caminado camino a casa, bajo la luz de las estrellas, dejaré mis huellas en la arena por si llegas de noche, así puedas seguir mi rastro y terminar tocando con tus manitas la puerta de mi hogar y la puerta de mi corazón. Espero con mi alma que llegue el día en el que abra la puerta y estés en frente de mi envuelta en la sal con los pies llenos de arena y con una lagrima de amor y de felicidad en tu mejilla, porque por fin me tienes contigo.

Si ese día llega, seré feliz y si no llega viviré alegre por ti y por mí, porque la distancia nos dará la fuerza para mantenernos unidos hasta que el destino lo decida.

Somos dos lágrimas separadas por montañas, como las lágrimas de los ojos que al caer permanecen distantes, pero que al fin terminan juntas en un mismo lugar. En tu mano y en la mía.

Cada mañana, camino a mi roca y mi reposo frente al mar, iré dejando mis huellas en la arena para que, si es hacia un lado o hacia otro, puedas encontrarme con facilidad. Siempre dejaré esas huellas para ti, no sufras, porque así será, siempre. Mientras, se feliz, porque sé que cuando mires la luna yo estaré mirándola al mismo tiempo y juntos miraremos y soñaremos lo mismo. Nuestro encuentro bajo la mirada de un cielo azul día o un cielo azul noche.

Mi espera es tu vida y mi vida es tu espera.

El tiempo y la ilusión nuestro destino.

Por Dante Gebel

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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