En ocasiones me escriben y me dicen: “¿Y si me animo a decirle lo que siento y me rechaza?”, yo les respondo: Tú eliges arriesgarte o guardarla en la lista del olvido. Si te dice que no, por lo menos te la sacas de la cabeza de una vez, aunque luego se tarde más tiempo quitártela del corazón… pero algo es algo, por lo menos sabrás donde estás parado. Si me preguntas que haría yo en tu lugar, te diría: Siempre elegiría hablar y no esquivar las miradas. Elegiría querer y todas las consecuencias que eso conlleva. Elegiría que esa sea la persona que llene mis días de sonrisas y mi almohada de recuerdos.
Cada viernes me vuelvo loco pensando qué más puedo escribir que no haya dicho antes, y siempre termino siendo monotemático (a lo mejor porque esa es la razón de estos mensajes de los viernes) mi deseo es que te animes a demostrar lo que sientes, aún a riesgo que te rechacen. “Si no corres riesgos nunca vas a ganar”, eso es algo que siempre he implementado en todos los órdenes de mi vida. En la vida, en el ministerio, en el amor. No termines el año sin habérselo dicho. Y si eres una dama y estás pensando en algo como: “Muero de amor por él, pero estoy seguro que seguirá sin animarse a decirme lo que siente”, te regalo una pequeña charla; de esas que de alguna manera (y no preguntes cómo) siempre llega a mis oídos.
– Mamá… ¿Qué haces cuando la persona que más necesitas es la que más lejos está de ti?
– La distancia no significa nada, hija, cuando alguien significa todo.
– No me refería a que está lejos geográficamente, sino que no puede estar tan cerca de mí como quisiera.
– ¿Te enamoraste?
– No lo sé… la verdad es que me molesta sentir tantas cosas. Es increíble como una persona te puede cambiar el estado de ánimo. Él tiene ese extraño poder, una palabra suya, un gesto… y siento que cambia mi día.
– Uf! Se algo de eso. ¿Sientes que te entiende?
– ¡Como ninguna otra persona en este mundo!
– Y bueno… amar es encontrar a alguien que te entienda sin dar demasiadas explicaciones. ¿Eso es lo que te molesta? – No sé si me molesta… más bien me enamora.
– Un gran hombre es ese alguien que despoja despacito tus secretos… es un señor, más que todo un ser humano que como nosotras tienen sus historias pasadas, bien o mal vividas. Un verdadero caballero no te quita la ropa, sino que te va robando los secretos que creías tener muy guardados, hasta que un día te deja con el corazón expuesto, desnudo.
– ¿Y eso es malo?
– Según quien sea. Cuando logra llegar a tu corazón, ya no hay mucho que puedas hacer. Por eso ruego que sea un caballero.
– ¿Lo dices por papá?
– Lo digo por todos los hombres. Aunque tu padre era muy especial.
– Cuando las mujeres decimos “muy especial” es porque hay cosas que no nos gustan.
– Hija, nadie es perfecto; ser hombre es buscar dentro de su corazón el sentimiento que lo hace un caballero. Cuando encuentres al tuyo, te hará sentir sublime, amada. Todo lo demás, no tiene importancia.
Por Dante Gebel
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