La Oración – El Cuadro de Honor de Dios 1
Bienvenido al Cuadro de Honor De Dios.
«Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos» (1º Crónicas 4:9).
¿Cree usted que Dios tiene favoritos? Ciertamente su amor está a la disposición de todos, y Jesús vino a la tierra para que «todo aquel» que invoque su nombre sea salvo. Pero Jabes, cuya oración le ganó el premio de ser «más ilustre» de parte de Dios, podría haber dado a entender que Dios tiene favoritos. Su experiencia le enseñó que entrar a la gracia de Dios no implica enaltecimiento. ¿Qué sucedió con algunos de los demás que se nombran junto con él en el libro de Crónicas? Ibdas, Haze-lelponi y Anub, por ejemplo. ¿Qué honores y galardones recibieron de Dios?
Para decirlo sencillo, Dios favorece y honra a quienes le piden. No les retiene nada a aquellos que quieren y con todo fervor anhelan justo lo que Él desea.
Decir que quiere ser «más ilustre» a los ojos de Dios no es arrogancia ni egoísmo. «Más ilustre» describe lo que Dios piensa; no es un crédito que tomemos por nosotros mismos. Usted cede a un impulso carnal si trata de exceder o aventajar a otro, pero vive en el Espíritu cuando lucha por recibir el más alto galardón de parte de Dios. Recordemos lo que el apóstol escribió en una de sus últimas epístolas: «prosigo hacia la meta para obtener el premio» (Filipenses 3:13-14), «pues miraba hacia el día futuro en que podría dar cuenta de lo que había hecho» (2 Corintios 5:9-102 Corintios 5:9-10).
La alternativa llena de pesar no me atrae. No quiero llegar al cielo y oír que Dios dice: «Examinemos tu vida, Bruce. Déjame mostrarte lo que quise para ti y que traté repetidamente de hacer por medio de ti… pero no me lo permitiste». ¡Qué farsa!
He observado que ganar honra casi siempre significa dejar atrás los objetivos mediocres y las posiciones cómodas. Pero en este caso tiene muy poco que ver con talento. Cuán alentador es encontrar que muy pocos supersantos figuran en la relación de aquellos a quienes Dios ha puesto en su cuadro de honor (Hebreos 11). En una gran mayoría son individuos comunes que, con facilidad, pasan inadvertidos entre la multitud, pero que tuvieron fe en un Dios extraordinario y milagroso y que se apartaron para dar un paso y obrar en esa fe. Descubrieron una vida marcada por las bendiciones de Dios, la provisión sobrenatural y la dirección divina en el momento preciso en que las necesitaban.
La Mano de Dios Sobre Mí Ahora.
Pienso que la urgencia, «el ahora», de servir a Dios es uno de los aspectos más emocionantes de vivir para el cuadro de honor de nuestro Señor. Usted comienza a ascender y a desarrollarse en el presente hasta alcanzar un grado que la mayoría de los cristianos nunca han pensado que es posible.
Piense al respecto: ¿Cómo sería su día si creyera que Dios desea que sus fronteras se extiendan en todo momento y con toda persona, y si tiene confianza en que la mano poderosa de Dios le guía incluso a
medida que ministra?
Durante los últimos cinco años he sometido esa creencia a pruebas muy específicas, y a menudo he visto resultados sorprendentes. Ruego al Señor que me conceda más ministerio; luego; ante el empuje suave del Espíritu Santo, inicio una conversación con alguien por medio de una simple pregunta: «¿Cómo le puedo ayudar?»
(CONTINÚA…)
Extracto del libro “La Oración de Jabes”
Por Bruce Wilkinson
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