Sermones Cristianos – El Miedo a la Muerte 2

 

Continuemos.

Los Cuatro Regalos.

1. Dios te va a dar Riquezas de Deseos.

Prosperidad en la Biblia no es «tener mucho dinero», porque por más dinero que tengas, a Dios nunca lo vas a impactar, porque dinero es relativo: si yo gano $500 puedo impactar a alguien que gana $10, pero no a alguien que gana $5000. Si yo tengo un millón de dólares puedo impactar a muchos, pero no puedo impactar al que tiene cien millones de dólares. Y a Dios no lo podemos impactar por más plata que tengamos, porque Él es el dueño de todo.

A Dios no lo puede impactar la pobreza porque por más pobre que vos seas, nunca nadie llegará a ser tan pobre como Jesús; cuando Jesús murió en la cruz cargó todas las enfermedades existentes, todos los pecados existentes, todas las maldiciones existentes, y murió sólo, pobre y desnudo. Cantidad no es prosperidad; prosperidad es cómo me relaciono con lo que tengo.

Todos los seres humanos tenemos necesidades, ¿cuáles son nuestras necesidades básicas? Son dos: comida y ropa. Todos necesitamos comida y ropa, sino nos morimos. Entonces Jesús le habla a los discípulos y les dice: «no se preocupen por la comida y la ropa; miren los pajaritos, si el Padre los cuida; miren los lirios, no se preocupen; Dios sabe que tienen necesidad de estas cosas. Busquen primero el reino de Dios y estas cosas, comida y ropa, se les van a añadir».

Las necesidades, Dios me las añade, me las suple; es bien fácil satisfacer las necesidades: le pedís a uno una remera, a otro un sandwichito y ya está. Comida y ropa Dios te las añade.

Ahora tenemos otro nivel que son “deseos”. Un reloj, ¿es una necesidad? No, es un deseo. ¿Tener tu casa es una necesidad? No, es un deseo (porque vos podes vivir sin casa propia). ¿Internet es una necesidad? ¿Tener coche es una necesidad? ¿Tener buena ropa es una necesidad?, ¿tener micrófono es una necesidad?, ¿tener guitarra es una necesidad?, ¿viajar es una necesidad?, ¿salir a comer es una necesidad?, ¿tener cubiertos es una necesidad? ¿Qué son necesidades? Comida y ropa, lo dijo Jesús. Fuera de eso, todo lo demás son deseos.

El miedo a la pobreza no es que Dios no satisfaga las necesidades, porque las necesidades se satisfacen fácil, hasta los pajaritos se satisfacen. El miedo que tenemos es a que nuestros deseos no se cumplan. ¿Cuál es nuestro error? Creemos que deseo es una necesidad: «yo necesito un coche», no, vos deseas un coche; «yo necesito Internet», no, vos deseas Internet; «yo necesito, yo te necesito…», no, «yo deseo».

Pero deseo no es necesidad, y Dios quiere satisfacer nuestros deseos. Vos tenés que hacer una lista de diez cosas que vas a hacer antes de morirte. Fíjense que Dios le dice: «los voy a llevar a la tierra que fluye leche y miel… ¿leche y miel es necesidad o deseo? Podes vivir sin leche, podes vivir sin miel; entonces es deseo.

Dios te va a llevar a la tierra de los deseos, porque Dios quiere cumplirnos los deseos, o sea tenemos que llenarnos de deseos, porque la religión nos dijo: «no, sólo la necesidad, y lo demás que se pudra» pero la Biblia dice: «deléitate en el Señor y él te concederá los deseos de tu corazón».

La necesidad Dios la añade. Pero deseo… ¿cómo lo alcanzo? Para alcanzar el deseo tengo que entrar en multiplicación. Entonces dice 2º Corintios 9: «Dios da pan al que come y semilla al que siembra». Dios da dos cosas: da pan al que come (necesidad), pero da semilla al que siembra (para los deseos). La única manera de alcanzar tus deseos no es trabajando, la única manera de alcanzarlos es entrando en multiplicación; y ¿cómo entrás en multiplicación? ¡Sembrando!

Dios da pan al que come y semilla al que siembra. ¿Cómo vamos a alcanzar todos los deseos que tenemos? Sembrando. Y Dios ha diseñado tu vida no para que vivas satisfaciendo tus necesidades (porque Dios las añade), sino cumpliendo y alcanzando tus deseos. Y ¿cómo vamos a alcanzar el deseo de viajar, el deseo de comer afuera, o el deseo que tengas? (porque son tuyos, y está muy bien que los tengas), ¿cómo los vamos a lograr? Sembrando, sembrando, sembrando.

Donde vayas tenés que sembrar: una abrazo, un regalo, una palabra, una ofrenda, algo; siempre dar, dar, dar. Dios ha dado semilla al que siembra, y cuando uno siembra, siembra, siembra, Dios le multiplica y les satisface todos los deseos. ¿¡Habrá sembradores hoy acá!?

La primera cosa que Dios diseñó para satisfacer nuestros deseos es a través de la siembra, sembrando un abrazo, una palabra, una caricia, algo tenemos que dar.

(CONTINÚA…)

Por Bernardo Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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