el-poder-de-honrar-a-los-demasPredicaciones – El Poder de Honrar a los Demás 6

 

Continuemos.

También descubrí algo más: David sabía mucho de animalitos. Él dice: «Cuando yo le honre Él levantará mi cabeza». Leí que las liebres exhalan el aire que respiran en la tierra, por eso, los perros cazadores huelen la tierra y las pueden encontrar; pero si las liebres exhalan hacia arriba, no dejan huellas y los perros no pueden hallarlas.

Cuando exhalamos para abajo somos presa fácil, pero cuando levantamos el rostro y exhalamos hacia arriba, el enemigo no puede encontrarnos. «¡Caerán miles y diez miles, pero a ti no te tocarán!» Hoy alguien necesita levantar su rostro hacia el cielo y decir: «No voy a suspirar más para abajo, voy a levantar mi alabanza, mis manos, para que todos los problemas, todas las enfermedades, todo lo que me ha estado persiguiendo no me pueda encontrar. No voy a dejar rastros porque el Señor levantará mi cabeza y me pondrá en alto, y yo adoraré Su nombre».

¡Que todo lo que respira hoy alabe al Señor! Vamos a soltar palabras de adoración, palabras de alabanza; vas a adorar al Señor con el cuerpo, con la mente, lo vas adorar con las emociones y las fuerzas, lo vas a adorar en lenguas, lo vas a adorar con tu corazón.

Yo declaro que hoy, cuando levantemos Su nombre, todos nuestros familiares recibirán unción y gloria, y las espadas de Goliat caerán de nuestras manos como un trofeo de guerra. Yo declaro que Él nos va a esconder, y las zorras, los perros, los enemigos, no nos van a encontrar, porque ningún arma forjada contra ti prosperará, porque toda lengua que te ha estado buscando será quebrada, dice el Señor, pero yo te esconderé en lo secreto de mi corazón, en la palma de mi mano y todo lo que hagamos nos saldrá muy bien.

Estamos entrando en el campo perfumado, en el perfume de la victoria de Jesús, no de la religión, ni de la iglesia evangélica, ni de nada, sino en el perfume del Señor. Él huele a victoria, Él huele a belleza, Él huele a amor. Nosotros necesitamos meternos en su campo, en su perfume; porque cuando vos honrás a Dios, honrás a los demás y no necesitás que nadie te honre.

Saulo era un asesino, un loco de atar que quería servir a Dios matando cristianos. Pero un día Dios se le apareció y con una luz lo dejó ciego durante tres días: el gran asesino no podía ver nada. Hay un momento en donde Dios no te deja ver nada, donde ves todo oscuro, donde todo te sale mal, y decís: «¿Qué pasa que Dios no está?». ¿Sabés por qué Dios le cerró los ojos? Para que mire para dentro.

Por ejemplo, cuando adoramos hay momentos que cerramos los ojos porque nos metemos hacia adentro. Y Dios le enseño a Saulo de Tarso (el apóstol Pablo) que primero tenía que mirar para adentro: «porque si no me ves dentro, no me vas a ver fuera». Hay gente que vino por un milagro y quiere verlo fuera, y hoy el Señor les dice: «Te voy a dejar ciego de ese milagro; no lo vas a ver todavía, porque quiero que mires para adentro. Pero al tercer día, cuando Yo esté dentro de tu corazón, cuando estemos en una relación de intimidad, yo te voy a devolver la vista, y todo o que puse dentro lo verás afuera con tus ojos físicos».

Por eso hoy declaramos el poder de la honra, desatamos en nuestra vida la capacidad de escuchar, la capacidad de preguntar, la capacidad de felicitar a los que nos aman, a los que nos odian, a los que nos conocen y a los que no nos conocen; y declaramos el poder de la honra para el cielo. Dice La Biblia que Jesús no pudo hacer milagros en Nazaret porque no lo honraron. Jesús no dijo: «No hay profeta en su tierra», Él dijo: «No hay profeta con honra, y si a mí no me honran, Yo acá no puedo hacer milagros».

Donde vos vayas, donde vos entres, honrá a Jesús y en ese lugar Él sí va a poder hacer milagros. Cuando entres a tu casa, honrá a Dios y en esa casa Él sí va a poder hacer milagros; cuando entres en la habitación de tus hijos, vos tenés que decir: Acá no es Nazaret. Acá es Belén, acá es ‘casa de pan’. Yo adoro, y porque honro, yo autorizo al Rey a que haga milagros; y declaro casas, trabajos y lugares de Argentina bendecidos por el poder de la honra. Amén.

Por Bernardo Stamateas

Artículo anteriorDevocional Diario – EXPECTATIVA ESPIRITUAL 1
Artículo siguienteSermones – EL PODER DE HONRAR A LOS DEMÁS 5
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre