Predicaciones Cristianas – Cristo Manifestando Su Poder Sobrenatural a Través del Creyente 5

 

Continuemos.

¿Cuál es el requi­sito que cada uno de nosotros debe cumplir para operar como cuerpo?

La interdependencia. Cada miembro necesita del otro aunque ninguno es indispensable. El propósito del cuerpo, la iglesia de Cristo, es que Jesús se relacione con este ámbito de espacio, tiempo y materia. Él depende de nosotros para obrar en esta dimensión. Cuando Jesús vino a la tierra, necesitó un cuerpo con el fin de llevar a cabo la voluntad de Su Padre. Ésa es la misma razón por la que hoy sigue necesitando un cuerpo. Después que Él se fue, el cuerpo es el instrumento de Dios para continuar Su ministerio y Su voluntad en este mundo. Jesús abrió un camino nuevo, sin velo, para entrar a Su presencia y conocerlo personalmente.

Él resucitó de entre los muertos y en­vió al Espíritu Santo para que Su ministerio pudiera continuar a través de nosotros. Él no creó una religión, ya que ésta se basa en ritos; todo lo contrario de la vida de milagros, la cual es una demostración constante de la intervención divina de Jesús, quien vive en nosotros. Nuestra misión es compartir Su vida y Su amor; ese amor que nos induce a compartir lo mejor con la gente. Dios es amor y nos ama; si nosotros lo amamos también amaremos a la gente. ¿Cómo? Sirviéndola, orando por ella, mi­nistrándole el amor de Dios, y sirviendo de canales para que Él obre los milagros a través de Su iglesia. Somos extensión de Cristo, y por medio de nuestro cuerpo Él alcanza el mundo.

 

¿Qué relación guarda la Cabeza con los miembros del cuerpo de Cristo?

Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tam­poco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de voso­tros (1 Corintios 12:211 Corintios 12:21). Cristo es la Cabeza y no puede decirle a la mano o a los pies: «No te necesito». Lo que la Cabeza requiere de los pies es que siempre estén disponibles para llevar a cabo sus decisiones.

No importa qué tan talentoso sea como cristiano, si no estoy disponible para la Cabeza, Jesús, no soy útil para el reino. Cristo usará Su cuerpo para destruir todas las obras de Satanás, las enfermedades, opresiones y lugares de cautividad. En una oportunidad, iba saliendo del servicio muy agotado, quería irme directo a casa, pero una jovencita de unos veinte años se me acercó pidiendo oración porque era sorda de naci­miento. Realmente estaba agotado, pero sentí la demanda de Dios y Su compasión que me pedía que le prestara mi huma­nidad. Ni siquiera le impuse las manos; mientras le hablaba, el poder de Dios cayó y fue sana al instante. De esto puedo con­cluir que, no importa cuán cansados estemos, ¡es maravilloso prestarle nuestro cuerpo al Espíritu Santo para que lo use y pueda bendecir a otros!

 

¿Cuáles son las razones divinas por las que Dios nos dio cuerpo?

El principal propósito fue habitar en el hombre y poner en él Su gloria. Dios no vive permanentemente en templos hechos a mano; el templo que Él ha diseñado es el cuerpo del hombre. Dios, el todopoderoso, siempre ha querido y quiere vivir en el ser humano, y poner Su gloria en su interior (Apocalipsis 21:3). Dios no habitará permanentemente en un templo hecho por manos de hombre, sólo lo hará en un templo hecho por Él.

 

¿Qué clase de morada quiere Dios?

Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo (1 Pedro 2:51 Pedro 2:5).

El templo de Salomón tomó muchos años construirlo y millones de dólares fueron invertidos en su precioso diseño; sin duda fue una obra maravillosa. Sin embargo, duró muy poco; fue destruido por el pecado de Israel. Entonces Dios dijo: «Yo no voy a invertir en un templo de piedra, sino que invertiré en uno de barro». Ese templo somos nosotros; somos el material más valioso para Dios, y la razón por la cual usted es valioso es porque fue comprado a precio de sangre por Jesús  (Juan 17:23, 1 Juan 4:101 Juan 4:10)

Así que ya no le pertenecemos al diablo sino a Dios. ¿Por qué Dios quiere una habitación? Porque le da derecho legal para actuar en la tierra y hacer obras sobrenaturales. Por eso tenemos que glorificarlo en nuestro cuerpo. ¡Préstele su cuerpo!

Extracto del libro “Cómo Caminar en el Poder Sobrenatural de Dios”

Por Guillermo Maldonado

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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